El lujo está cambiando, se encuentra en esos pequeños detalles que rara vez podemos o solemos apreciar, en eso que pocas veces podemos probar, en algo que conserva su esencia pura y natural.
Con esto en mente, podría parecer difícil saber dónde podemos encontrar algo tan preciado como el lujo, pero la cultura mexicana es tan rica en experiencias que el abanico de posibilidades es inmensa.
Si hay una experiencia que permite entenderlo es la que ofrece el mundo del tequila, pero no cualquiera, hablamos de una clase de elixir que sólo puede encontrarse cada cierto tiempo, cuando las condiciones de la naturaleza lo permiten.
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Reserva de la Familia de José Cuervo es un tequila que cumple exactamente con estas características, es el acercamiento perfecto al lujo de beber esta emblemática bebida mexicana.
Largo recorrido
Para que Reserva de la Familia llegue hasta tu paladar recorre un largo camino que comienza en la Rojeña, el hogar de Cuervo en Tequila, Jalisco, es la destilería activa más antigua de Latinoamérica con 250 años de historia.
Los agaves que se utilizan para este proceso tienen más de nueve años de edad y se cuecen durante 48 horas con un método tradicional. El secreto está en la receta, para lograr las 3 expresiones de Reserva de la Familia: Platino, un tequila blanco, Reposado, que pasa 6 meses en 3 barricas diferentes y Extra Añejo, con más de 3 años de reposo en Roble Americano y Francés.
El resultado, perfecto y complejo, que expresa la esencia del agave y la tradición familiar detrás de cada gota de tequila Reserva de la Familia.
Trabajo en equipo
Si hay una tequilera que abraza el significado del tiempo y las oportunidades que éste ofrece, esa es José Cuervo. A través del proyecto COA (cocina, origen y agave) realiza una analogía entre el largo viaje de Reserva de la Familia y el arduo trabajo que cocineras tradicionales mexicanas Benedicta Alejo y Nelly Cordova llevan a cabo para culminar sus platillos.
El mole de aguacate de Benedicta toma un mes y medio de preparación, pues la cocinera seca al sol los huesos de aguacates durante cuatro semanas y los muele con sus propias manos.
Por su parte, el horneado tabasqueño de Nelly Cordova requiere cuatro etapas de cocción en el horno. En suma, se requieren ocho horas para cocinarlo.
El tiempo sabe a eso: a un mole de aguacate, a un horneado tabasqueño o a un tequila que, para llegar hasta tu boca requiere de todos los elementos necesarios para hacer algo excepcional, de eso se trata el lujo.