El habano ha formado parte de la sociedad por siglos y por lo tanto podríamos suponer que es sencillo consumirlo, pero la realidad es que disfrutarlo es toda una experiencia, a diferencia del cigarrillo cuenta con una serie de especificaciones y clasificaciones que vale la pena conocer para asegurarte de consumirlo de forma correcta.
Para comenzar se denomina habano a todos los tabacos o puros en los cuales el 100% del tabaco que los compone es cultivado y manufacturado en Cuba, así es hablamos de una denominación de origen que cuenta con una clasificación de hojas de tabaco de primera calidad además de estar sujeto a rigurosos procesos de curación que reducen drásticamente los niveles de alquitrán, resinas, nicotina y demás químicos naturales, por lo que para muchos es una de las mejores opciones para fumar.
Tipa para disfrutar correctamente un habano
La elección: a la hora de elegir un buen habano se requieren de los sentidos, comenzando con la vista no importa si prefieres uno más oscuro o claro, el color tiene que ser uniforme y la hoja de capa debe tener un ligero brillo. Después palpa presionándolo ligeramente entre tu pulgar e índice para verificar su estado, debe estar firme pero no duro.
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Toma tu tiempo: a diferencia de un cigarro que te lo puedes fumar en pocos minutos, disfrutar de un habano es todo un placer que requiere tiempo, se debe hacer lento, pues el sabor se va intensificando por partes, generalmente en tercios, el primero expresa aromas sutiles y dulces, el segundo contiene los sabores de la ligada y el último la fortaleza del habano.
Elige la fortaleza: si vas iniciando en este mundo lo más recomendable es comenzar con los más suaves y de menor tamaño como alguna vitola de referencia y poco a poco ir subiendo de nivel con forme tu cuerpo se acostumbre a fumar este tipo de tabaco.
Cuenta con las herramientas básicas: para este arte necesitas primero láminas o cerillos de cedro para encenderlo, en caso de no contra con ellos y tener un encendedor solo debes asegurarte que no sea de gasolina o gas con aroma, pues estos afectan el sabor. Por supuesto que también requieres un cortador, solo asegúrate que sea de dos navajas y en caso de que decidas fumar en interiores, te recomendamos conseguir un humidor.
Has un buen corte desde el inicio: el corte debe hacerse justo encima de la línea donde el gorro se une con la capa, lo ideal es hacer un corte recto y debes evitar a toda costa cortar más de 1.5 mm del inicio del habano. También te sugerimos olvidar los cortadores en forma de V ya que tienden a romper el gorro.
Toma tu tiempo para el encendido: mantén la boquilla a unos 90 grados de la llama y haszlo girar hasta que la superficie quede encendida de manera uniforme, colócalo entre tus labios y a la vez mantén la llama a un centimetro de la boquilla, aspira hasta que la llama alcance el habano y continúa el proceso rotando.
Fuma con paciencia: evita inhalar, recuerda que no se trata de un cigarrillo, lo correcto es aspirar suavemente hasta que el humo llene tu boca y permite que abarque todas tus papilas gustativas. Al igual que con los vinos debes darle tiempo para que evolucione y se exprese para que los sabores sean mucho mejores.
Cada bocanada de humo debe quedarse en tu boca y no llegar a tus pulmones, relájate y saborea y no intentes deslizar o retirar la anilla, ya que podrías rasgar la capa. Otra diferencia al cigarrillo es que no debes tirar la ceniza o sacudirlo, deja que caiga sola en el cenicero.
Evita apagarlo de golpe: un buen habano debe morir con respeto como todo un rey, solo debes dejarlo en el cenicero y solo se apagará. Es cierto que puedes reencenderlo su llega a apagarse, pero primero debes retirar toda la ceniza suelta.
Conserva el resto de los habanos correctamente: una regla de este mundo es que siempre se debe tener tres piezas: uno para obsequiar, otro para intercambiar y e tercero para fumar. No importa cuántos traigas, solo debes asegurarte de guardarlos en un humidor, de cedro de preferencia, y que tengan una humedad de entre el 65 y 70% y temperatura entre los 16 y 18° C.