Pisco, la capital gastronómica de Perú en la Ciudad de México

Hace unos 10 años tuve oportunidad de viajar a Lima para disfrutar de un festival gastronómico que me convirtió en fanático de una cocina muy parecida a la nuestra. Y desde entonces hasta hace muy poco no había podido probar en México algo que verdaderamente me hiciera revivir lo que saboreé en aquel país. Esto me sucedió al visitar Pisco, un restaurante que ya desde el nombre sugiere un viaje a territorio andino.

Bastó con probar el cebiche como primer tiempo para volver a esos años en que grandes figuras de la talla del chef Gastón Acurio y otros tantos trabajaban en darle a la cocina peruana la fama de la que hoy goza.

Así es la oferta de Pisco

Desde un pequeño lugar en la colonia Anzures el restaurante Pisco ofrece una auténtica experiencia peruana que incluso cuenta con el respaldo de una certificación por parte de la Universidad San Ignacio de Loyola y el de la autoridad de promoción turística PROMPERÚ por apegarse a la calidad de los ingredientes, recetas, tradiciones, presentación y sabor de los platillos peruanos, siendo el único restaurante en México condecorado con estos honores.

Creado para complacer tanto a peruanos que radican en esta metrópoli como a los mexicanos, “Pisco” replica en sus platillos y su sazón la experiencia culinaria del país sudamericano bajo la batuta de la chef Alessandra Gonzales, peruana de nacimiento y mexicana de corazón, quien se formó en la escuela del chef Gastón Acuario, trabajó en su restaurante La Mar, en Lima, y viajó por distintos lugares como Catar, Dubái, Tailandia, Brasil y por supuesto, México, lo que le ha dotado de una gran versatilidad de técnicas.

Alessandra Gonzales

No obstante su sobrada experiencia e internacionalización, la chef se acerca a la gastronomía peruana con el recetario de las abuelas en mano, intentando ofrecer a los comensales no sólo los platillos más típicos de su país, sino con los ingredientes más frescos y las preparaciones más tradicionales.

Así, en la carta de “Pisco” se recopilan desde la cancha (maíz frito) hasta los chips de papa, camote y plátano; el clásico cebiche conformado por pescado, leche de tigre, cebolla, camote y granos de elote; los anticuchos, la causa limeña (pastel de puré de papa con relleno de aguacate y pollo con aceituna bojita, huevo, salsa huancaína y salsa criolla); el tiradito de atún que da un twist con la salsa oriental won tong y ajonjolí, así como el anticucho (brochetas de corazón de ternera en salsa anticuchera) y el exquisito lomo saltado, filete de res salteado con cebolla y jitomate en salsa oriental acompañado de arroz y papas a la francesa.

Todo acompañado por las afamadas bebidas de aquel país: el pisco sour, por supuesto, que da nombre al lugar o el chilcano peruano. Y para el dulce final, nada como el dulce suspiro limeño, hecho a base de leche condensada y evaporada, yemas y merengue al oporto; así como los alfajores y el mousse de maracuyá o de lúcuma (fruta de Perú denominada también como “el oro de los incas”).

Ubicado en Eje 3 Poniente, Av. Thiers 232, Anzures, Pisco es un restaurante sobrio, pequeño, sin mayores pretensiones que transportarte a tierras incas a través del paladar que es deducido por esa fusión de comida china, japonesa y africana que caracteriza a la cocina de Perú.