Los chefs toman la barra en Antesala, el nuevo cocktail bar del restaurante Lorea

Por allá del 2015, en medio de un panorama gastronómico dominado por el tradicionalismo, comenzaron a cocinarse algunas propuestas más modernas y globales que hicieron que el mundo también volteara la vista hacia la cocina de México. Sumándose a esta apuesta de construir un país culinario, en 2016 apareció Alelí, el primer proyecto del chef Oswaldo Oliva, al que pronto se sumaría Lorea y ahora Antesala.

Luego de varios años trabajando en el extranjero, el chef Oswaldo Oliva regresó a la Ciudad de México con la intención de enriquecer la cultura gastronómica de la capital creando un espacio que conectaba con el entorno local.

Lorea
Fotografías: Chef Oswaldo Olive

La propuesta gastronómica de Lorea

No pasó mucho tiempo para que le dieran la bienvenida a Lorea, la otra cara de una misma moneda y un fine dining con platillos que se ubican en el punto medio entre lo tradicional y lo contemporáneo.

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La particularidad de Lorea está en la forma en la que construyen experiencias alrededor de la mesa, cada una casi tejida a mano y diferente para cada comensal, en las que sin importar la ocasión el chef nunca va a imponer una forma para disfrutar sus platillos, logrando un espacio confortable y sin presunciones.

El menú radica en servir platillos cotidianos, con ingredientes locales que el mismo chef y su equipo van a comprar cada semana a la Central de Abastos y una vez en la cocina se preparan con el más alto nivel para elevarlos a su mejor versión.

Mientras que en la noche hay un menú degustación de 8 tiempos, por las tardes la carta incluye botanas, tacos hechos en el comal, entradas y platos principales que te lleva por las diferentes regiones del país, explorando sabores, texturas y sensaciones.

El nuevo integrante: Antesala

A estas propuestas se le ha sumado un nuevo concepto, Antesala, un cocktail bar en el sótano del lugar que comenzó a formarse a partir de la visita del chef Andoni Luis Aduriz de Mugaritz en 2019, durante la cual un juego entre sólidos y líquidos sentó las bases de lo que hoy podemos disfrutar.

En Antesala los chefs invaden la barra para ofrecer una propuesta líquida intervenida por la cocina con el mismo nivel de creatividad que hay en Alelí y Lorea.

El cocktail bar explora un nuevo mundo, pero uno que se nutre también de la cocina y forma un ecosistema en el que los dos se integran para hacerte vivir cosas únicas, la síntesis de hospitalidad.

La propuesta de Antesala está íntimamente ligada a la experiencia gastronómica que ofrecen Lorea y Alelí Rooftop, y como su nombre lo indica, se vuelve el espacio previo donde abrir el apetito con un buen trago.

Como opciones tenemos desde martinis hasta cócteles que nos harán viajar por México como uno llamado Mérida que es una margarita frozen hecha con lima yucateca o Durango, una oda al desierto hecha a base de sotol. Igualmente está la frescura cítrica de Acapulco y un cóctel llamado Veracruz que nos recuerda a los cafetales de aquella región.

A esto también le podemos sumar otra experiencia en el Wine Room, un espacio privado para alrededor de 10 personas con un menú de 6 tiempos, con opción de maridaje y acceso a la carta de vinos exclusiva.

Así es como tres propuestas forman parte del mismo espacio: un cocktail bar en el sótano, un restaurante fine dining con menú degustación o a la carta y la cereza del pastel, un asador al aire libre.

El corazón de cada una de las creaciones no solo se presenta en lo que vemos frente a la mesa, también está en cada una de las personas que conforman el equipo, en donde después de mucho trabajo lograron crear un espacio en el que todos son parte de un rompecabezas y para verlo completo se necesita de cada pieza.