La firma norteamericana Jack Daniel’s puede presumir de llevar más de 150 años siendo parte de los whiskeys más reconocidos del mundo.
Su éxito no viene solo, detrás de este gran licor se encuentra con una historia que alberga más de un siglo cuidando hasta el más mínimo detalle su producción. Desde la búsqueda del agua adecuada, hasta el catado perfecto, los procesos de elaboración son únicos y lo que hace verdaderamente exclusivo este whiskey es la calidad con la que se lleva a cabo este proceso de destilado.
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Hecho que ha llevado a la compañía a lograr siete medallas de excelencia desde el año 1904.
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La destilería ubicada en Lynchbourg, Tennessee utiliza cave spring water, un agua de manantial rica en minerales y escasa en hierro ya que con este elemento es imposible hacer un buen whiskey.
Para Mr. Jack, padre de la marca, el barril era tan importante como la bebida misma ya que el sabor y el color provienen del roble blanco americano. Además, Jack Daniel’s es la única destilería que construye sus propias barricas.
El elegante sabor que distingue a esta tan prestigiosa marca se debe al filtrado por carbón de maple al que está sometido; y que consiste en pasar la mezcla gota a gota a través de tres metros de altura. Un proceso que al consumir recursos y tiempo su resultado es de gran calidad.
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Como curiosidad, no hay un tiempo establecido que determine cuándo están listos los barriles, sino que todo depende del juicio de un experto catador que dedica gran parte del tiempo en degustar cada uno de ellos y es la pieza clave que determina si el barril está listo o no para ser comercializado.
No es de extrañarse, entonces, que Jack Daniel’s lleve 150 años parado en el mismo escalón del éxito.