El brandy y el toreo, dos tradiciones con raíces profundas que honran el paso del tiempo
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El brandy y el toreo son dos tradiciones con raíces profundas en la cultura española, compartiendo semejanzas que van más allá de su tierra natal. Ambos se consideran símbolos de elegancia, maestría y pasión, que han perdurado a lo largo del tiempo adaptándose a la modernidad sin perder su esencia clásica.

Por estos fuertes vínculos hace todo el sentido que el primer brandy español, Fundador, celebre su 150 aniversario de la mano de un embajador con todas las credenciales sobre el ruedo, como lo es el gran Fran Rivera, Paquirri, torero retirado que nos dedicó unos momentos para hablar de su historia y la del legendario destilado.

Entrevista con Fran Rivera, embajador de Brandy Fundador

¿Qué sientes que el toreo te enseñó sobre la vida, que aún aplicas en tu día a día?

El ser torero es una forma de vida, o sea, no considero que sea un trabajo. No es solo torear, evidentemente, es cómo vives, cómo piensas, cómo sientes, cómo entiendes la vida. Entonces, todo eso me ha acondicionado y yo creo que en el toreo dejamos de estar en activo, pero nunca dejamos de ser toreros.

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Fundador
Fotos: Iván Hernández

¿Cómo has visto la evolución del toreo en la actualidad y qué crees que deberían cambiar las nuevas generaciones de toreros?

Yo creo que las tradiciones, como tales, no se pueden tocar, se pueden afinar. Hoy en día, más que el torero, el toro es lo que ha cambiado muchísimo. Los ganaderos han creado un toro maravilloso, pero las tradiciones como tal no las debemos de tocar. Hay que respetarlas, puede seguirlas o no seguirlas, pero respetarlas y yo creo que hay que tocarlas poco. Y lo que le pido yo siempre a los chavales que empiezan, que respeten al toro, que respeten la profesión, que respeten a sus compañeros y que tengan mucha suerte.

¿Qué te motivó a aceptar el papel de embajador de Brandy Fundador? ¿Hay algún vínculo personal con la marca? 

Conocí la marca y la verdad que me cautivó. Yo no soy un gran bebedor, pero sí me gusta lo bueno. Y la verdad que cuando conocí Fundador me pareció impresionante porque es pura artesanía.

Me recordó mucho al toreo, porque es algo que se crea despacio. Para crear este producto el tiempo es fundamental. Si lo piensas, una botella de éstas tiene muchos años, aquí hay moléculas de 150 años. Ha pasado siglo y medio para que tú disfrutes de un momento especial con este brandy. Y el toreo, si algo te enseña, es a disfrutar de ese momento. Los toreros entendemos la vida de una forma distinta, aprendes a vivir y a disfrutar cada instante porque sabes que puede ser irrepetible. Y la verdad que la filosofía de Fundador, aparte del producto, es lo que me encantó y me convenció.

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Fotos: Iván Hernández

¿Cómo ha sido esta experiencia?

Ha sido un reto personal. Y es que el brandy en general tiene una imagen en cierta forma antigua, ¿vale? Yo estoy completamente en contra. Yo creo que es súper actual. Fundador ha conseguido crear un brandy totalmente actual, incluso para mezclarlo. Aquí se mezcla con Coca-Cola y con soda, creo, en España se está empezando a mezclar con otros refrescos y la verdad que se han sabido adaptar al momento y están haciendo un trabajo increíble.

Un poquito como el toreo en sí, es lo que yo te decía de antes, las tradiciones tienes que mantenerlas, además es lo que le da valor a ese momento tan especial, pero a partir de ahí tenemos que adaptarnos. El toreo tiene poca adaptación, el brandy también, pero algo de adaptación sí que tiene. Esa adaptación te la pide y se la están dando.

¿Cómo describes la experiencia de disfrutar brandy Fundador?

Es que ha cambiado mucho, si me preguntarás hace unos años te hubiera dicho, pues después de una comida con amigos, fumarte un puro, una conversación relajada, de lo que pudiera ser interesante en ese momento. Pero al día de hoy, lo disfrutas también en la playa, con unos amigos, una neverita o un chiringuito, y lo mezclas con lo que tú quieras. A mí me gusta mezclarlo con un refresco de ginger ale. Y es que eso te lo puedes tomar en cualquier sitio, a cualquier hora, en cualquier momento, que no tiene que ser uno en específico, pues la bebida se ha sabido adaptar a cualquier situación.

¿Qué significa para ti el poder representar dos cosas tan arraigadas a la cultura española, como el toreo y el brandy?

Que Fundador haya querido contar conmigo me llena primero de responsabilidad, porque es una responsabilidad, que una marca, y una marca además con tanta historia confíe en ti, en lo que tú representas, en tu imagen. Me siento igualmente súper halagado, increíblemente halagado, de poder llevar ese nombre a donde vaya. Y es un reto, como te digo, pero la verdad que las expectativas y la ilusión son de seguir creciendo. Me ilusiona mucho.

Sabemos que México tiene una gran afición por el toreo. ¿Qué representa este país para ti, tanto en tu carrera como en tu vida personal?

Profesionalmente México es de las plazas donde hay que torear, no puedes ser alguien en el toreo y no torear aquí, porque te estás perdiendo de los momentos bonitos y álgidos de la vida de un torero. Personalmente estoy enamorado de México, he venido años y años, tengo muchos amigos y aquí soy feliz, cualquier excusa es buena para venir a México.

Y para Brandy Fundador es una plaza muy importante, hablando con el argot taurino. Y me ilusiona mucho, que se invierte mucho y que para nosotros es muy importante.

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Fotos: Iván Hernández

¿Cómo entender el toreo hoy en día, cómo entender o hacer entender a sus detractores?

El respeto es la base de todo en la vida y de la educación, alguien que está negado, que no quiere entender, que no quiere ver más allá, a ese es difícil hacerlo cambiar de opinión. Al que no sabe, al que no ha visto nunca una corrida de toros, yo le invito a que venga a una.

Luego hay muchas mentiras alrededor del toreo, muchísimas: que si los toros se les está haciendo no sé cuántas cosas, se les maltrata. No se maltrata a nadie. De hecho, es la única profesión, el único momento que un animal se enfrenta a un hombre y el hombre puede perder la vida. O sea, el toro nos entrega su vida por nuestra gloria, pero nos exige que nosotros estemos dispuestos a dar nuestra vida por él. Yo creo que no hay amor más puro que darnos, nosotros damos la vida por un toro, lo cuidamos, lo respetamos, le estamos agradecidos por todo lo que nos da. Yo recuerdo cada toro que he toreado. He estado a punto de perder la vida dos veces o tres, por encima de muchas, pero entiendo que es un precio justo que tenemos que pagar. A mi padre lo mató un toro y yo no tengo ningún rencor, a la vez yo le tengo agradecimiento y el toro forma parte de mi vida.

El que no quiera entenderlo, que no le guste, yo lo respeto, pero ¿por qué no nos respetamos todos? Estamos en un momento en que gritamos libertad con mucha facilidad, pero luego queremos coaccionar la libertad del que no piensa igual que yo.

¿Que viene para ti, hay alguna meta o sueño que te falte por realizar, te gustaría llegar a los 150 años como Fundador?

Ciento cincuenta años me da un poquito de pereza, a lo mejor 140, pero depende de cómo llegue. La verdad que no lo sé, durante muchos años no tuve miedo a morir en la plaza, de hecho, asumí que moriría en la plaza, pero los hijos te cambian. Lo que me da miedo ahora es no estar cuando mi hijo me necesite y no llegar, mi miedo es que no se sientan orgullosos de mí. ¿Mi sueño? Pues cada día crecer. Yo me he tenido que reinventar, reinventarse cuesta mucho en la vida. Uno se tiene que reinventar con las circunstancias de la vida, todo el mundo cambia de empresa, yo en cuanto dejé el toreo dije voy a tener que reinventarme y estoy en ello. Y como te digo, siempre con ganas de aprender y de seguir adelante, yo siempre digo una frase: para adelante siempre.