Conoce la historia del bourbon narrada por sus pioneros: los creadores de Jim Beam

Fueron la primera familia del bourbon y estando cerca de su 225 aniversario, Jim Beam puede presumir de seguir presente como pieza clave del pasado y futuro de este icónico destilado.

Por eso hoy, que se conmemora el National Bourbon Day recapitulamos la historia de esta marca bicentenaria que representa a su vez la historia de esta industria.

La historia de Jeam Beam comenzó antes que la de Estados Unidos

La historia de la familia Beam se remonta a siete generaciones, más de 200 años, incontables desafíos y una meta: producir el mejor bourbon del mundo. Así que siéntate, sírvete un bourbon y prepárete para viajar en el tiempo con este recuento de los hitos más importantes de la marca.

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En 1740, cuando los Estados Unidos aún eran las Trece Colonias, la familia Boehm llegó a América con la determinación de vivir el sueño colonial. Cuarenta y ocho años después, se mudaron a lo que actualmente es el centro de Kentucky y adaptaron su nombre alemán a una versión estadounidense: Beam.

Gracias a los veranos calurosos, los inviernos templados y la fuente cercana de caliza, su nuevo hogar era ideal para cultivar maíz.

A finales de 1700, los colonos alemanes, escoceses e irlandeses ya elaboraban whiskey de centeno en el oeste de Pensilvania con recetas que habían traído de sus tierras natales.

No obstante, cuando el gobierno de los Estados Unidos comenzó a ofrecer incentivos para que los colonos se mudaran al oeste y cultivaran maíz, muchos de ellos empacaron sus cosas y se dirigieron a la región de Kentucky en Virginia.

Entre estos granjeros se encontraba Jacob Beam, quien, al igual que otros, usaba la receta de whiskey de su padre para destilar el exceso de maíz en un nuevo tipo de whiskey más dulce: así nació el bourbon.

De cultivador de maíz a maestro destilador

La mejor decisión que haya tomado Jacob Beam durante su vida fue vender su bourbon. Vendió su primera barrica de Old Jake Beam Sour Mash en 1795, solo tres años después de que Kentucky se convirtiera en estado y se convirtió rápidamente en una de las opciones locales preferidas.

En 1820, Jacob Beam entregó la destilería a David Beam, su brillante hijo. En esa época, el bourbon solo se podía distribuir de forma local.

No obstante, David presentía que se aproximaba un cambio y tuvo la prudencia de ampliar la destilería para el crecimiento futuro y de cambiar los alambiques por destiladores de columna para permitir un funcionamiento continuo.

Con la llegada de los trenes y los barcos de vapor, ahora los destiladores tuvieron la posibilidad de enviar su bourbon a otras áreas para aumentar las ventas. Sin embargo, la expansión del mercado del bourbon generó un nuevo problema: la escasez de barricas.

Nacimiento de las barricas de roble tostado

Debido a que no había suficientes barricas, los destiladores comenzaron a guardar el bourbon en barricas usadas para almacenar pescados y vinagre. Obviamente, esta decisión tuvo efectos secundarios muy desagradables.

Afortunadamente, pronto se produjo un descubrimiento: al quemar el interior de esas barricas, se eliminaba el olor desagradable y se las preparaba para almacenar whiskey. Así fue cómo los destiladores comenzaron a usar barricas de roble tostado.

Dado que los viajes de esa época no eran rápidos, una vez que se cargaban las barricas en los barcos de vapor con destino a Nueva Orleans, el bourbon tenía tiempo para penetrar la madera y extraer los azúcares caramelizados que se generan durante el proceso de tostado.

Esto aportó al whiskey un sabor a caramelo y un color dorado espectaculares que rápidamente se tornaron muy populares. Poco tiempo después, los consumidores comenzaron a pedir este nuevo tipo de whiskey por su procedencia: “whiskey añejado del Condado de Bourbon”.

El freno de la prohibición

El rápido crecimiento del bourbon durante los primeros años del siglo XX se vio frenado, por la Era de la Prohibición puso que clausuró el negocio durante toda una década.

Imagina haber trabajado toda tu vida en pos de un objetivo y enterarte de repente que ese objetivo ya no es legal. Eso fue exactamente lo que le sucedió a Jim Beam. Durante los 13 años que duró la Era de la Prohibición, se vio forzado a abandonar el trabajo de toda su vida.

Cuando la Prohibición fue finalmente derogada en 1933, Jim Beam no celebró. En cambio, a la edad de 70 años, puso el pedal en el metal. Con la ayuda de amigos y familiares, Jim Beam reconstruyó su destilería completa a mano en Clermont, KY en solo 120 días.

Y aún así, no celebró, queriendo que su primer trago en más de 13 años fuera de su propio bourbon. En 1935, el primer lote de bourbon post-Prohibición de Jim Beam estaba listo, y como ya no poseía los derechos del nombre Old Tub, vendió su primera botella nueva como Coronel James B. Beam Bourbon.

Internacionalización del bourbon y de Jim Beam

El siguiente hito para la marca fue la internacionalización que llegó después de que la Segunda Guerra Mundial llegara a su fin, cuando se comenzó a enviar cajas de Jim Beam a los soldados estadounidenses destinados en el extranjero, cosa que sin saber sirvió para presentar la marca al mundo.

Al igual que Jim Beam, el bourbon comenzaba a retomar el camino donde lo había dejado antes de la Era de la Prohibición. En 1938, se presentó el Mint Julep como la bebida tradicional del Derby de Kentucky, lo que avivó aún más la llama.

Ese mismo año, la destilería Jim Beam lanzó su segundo producto: Jim Beam® Rye, una versión más seca y especiada del bourbon dulce. En 1954, Jim Beam Distilling Company abrió una segunda destilería en Boston, KY, a unas 10 millas de distancia, para satisfacer la creciente demanda. Y en 1964, el presidente Lyndon B. Johnson declaró al bourbon como el “espíritu nativo de América”, lo que culminó su ascenso a la fama.

La innovación fue el arma con la que la marca hizo frente a la oleada creciente de otros destilados que ganaban popularidad en el mundo como el vodka. Se crearon todo un abanico de expresiones que reforzaban la versatilidad del bourbon para satisfacer distintos paladares.

Mientras Jim Beam se ocupaba de fortalecer el mundo del bourbon con nuevas técnicas, sabores y toques finales, el Congreso declaró septiembre como el “Mes Nacional del Patrimonio del Bourbon” en 2007. Y el 3 de octubre de 2012, la marca transformó el turismo con la apertura de Jim Beam American Stillhouse, una réplica de una destilería de la época de 1940 que reinventó y expandió la experiencia de los amantes de este destilado.

De esta manera, la destilería de Clermont se convirtió rápidamente en uno de los destinos más visitados de Kentucky.

Es así como una identidad muy clara, una calidad muy alta y una innovación constante han sido la fórmula perfecta para mantener al bourbon en los niveles de aceptación de lo que hoy goza y a Jim Beam en el top of mind de los consumidores, fanáticos de esta bebida, ofreciéndoles una de las selecciones más amplias de bourbon.