El tipo de tierra, el sol, la lluvia, la cercanía con el mar, todo lo que impacta a un viñedo afecta de manera directa el sabor del líquido que degustamos, pero hay un nuevo factor a considerar y es el cambio climático, un elemento que Maison Ruinart ha usado para darle una singular expresión a su nuevo cuvée Blanc Singulier.
El primer cuvée que la Maison ha lanzado después de 20 años es un testigo directo del cambio climático, detalle que solemos pasar por alto pero que al impactar a la naturaleza y el medio ambiente afecta el desarrollo de la uva.
Haciendo de la sustentabilidad un eslabón más en su cadena de valor, Ruinart trabajó en perfeccionar y imaginar una nueva expresión que se adaptara a la naturaleza que está en perpetua evolución, logrando una mezcla que es resultado de las variaciones del clima y la singularidad de los vinos de 2018.
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Cómo el clima es parte fundamental de Ruinart Blanc Singulier
Con el cambio en las temperaturas en Champagne, el ciclo de la vid se ha visto acortado y su maduración se ha acelerado, pero esto no ha sido precisamente malo, al contrario, el Chardonnay ahora revela un perfil aromático mucho más afrutado y especiado, un equilibrio entre familias aromáticas, con mayor redondez y potencia.
La Edición 18, la primera de la colección Ruinart Blanc Singulier, lleva el sabor de un verano caluroso, en el que hubo pocas o ninguna precipitación. La temperatura media en Champagne fue de 12,8°C y la insolación alcanzó récord con 1,269 horas de sol con apenas 659 mm de lluvia.
Frédéric Panaïotis, el maestro bodeguero, y su equipo adaptaron su saber para crear un nuevo enfoque enológico, combinando vinos base de un año al 80% y vinos de reserva perpetua específicos de esta cuvée al 20%.
La edición 18 presenta así notas de frutas carnosas blancas y amarillas y cítricos amarillos confitados, notas florales melosas, notas de hierbas aromáticas savia y notas de especias ahumadas.
Notas de sabor
El líquido amarillo dorado con reflejos verdosos tiene en nariz un aroma a frutas jugosas y dulces como melocotón blanco, ciruela mirabel y frutas exóticas. Cítricos amarillos, plantas aromáticas como pino, salvia y romero y en segunda nariz aroma de azúcar rubia, matices de vainilla y brioche con almendra fresca.
En boca es sustancioso con aromas de melocotón, pera y limón confitado que se eleva con especias y termina con notas de vainilla.
Ruinart recomienda tomar el Blanc Singulier a una temperatura de entre 10 y 12°C y servirse en una copa tulipán que ayude a expresar la complejidad aromática del champán y permitir que las burbujas evolucionen.