Paras una temporada dentro de la burbuja de la NBA, a pesar de todos los lujos, no fue fácil para los jugadores, su salvación fue el vino y el sommelier no oficial de jugadores, entrenadores y personal del equipo fue CJ McCollum; el siguiente paso lógico fue crear su propia etiqueta.
Su patrimonio fue construido en su pasión, pues McCollum sabe que el corazón está en el centro de todo lo que haces, desde su vida dentro de la duela, su trabajo en la comunidad y su legado, siendo McCollum Heritage 91 un capítulo más de él.
Su viaje en el mundo del vino inició a sus 20 años gracias a su ahora esposa Elise. CJ se mudó a Oregón y se unió a los Portland Trail Blazers, encontrándose a unos minutos en automóvil de una de las mejores regiones vinícolas del país.
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El jugador se dedicó a aprender todo lo que pudo sobre el vino y la industria, siendo el Pinor noir una de las primeras variedades que conoció en este viaje y el cual ocupa un lugar especial en su viaje.
McCollum Heritage 91 es el nombre con el que CJ recuerda su legado, dar vida a las pasiones y honrar sus raíces en el proceso. La casualidad es que la palabra para describir esto sea ‘herencia’ y también este sea el nombre de la calle en Canton, Ohio, en la que CJ creció, combinado con su año de nacimiento y apellido, el vino personifica su personalidad y todo lo que él representa.
La etiqueta por otra parte es un tributo a su esposa, quien lo introdujo por primera vez en el vino. Su flor favorita es el anturio, símbolo de la felicidad, abundancia y hospitalidad, por lo que es lógico que se encuentre en la etiqueta y sea la representación de su relación y su pasión porque este vino sea compartido con sus seres queridos.