La icónica casa de tequila premium le hace un homenaje al espíritu innovador de su fundador y nos invita a recibir la temporada con la frescura radiante, evocativa y singular de Don Julio Primavera.
Los pioneros de la calidad y la excelencia, aquellos que saben cultivar con maestría la diferencia en todos los aspectos, saben que vivimos tiempos en donde el verdadero espíritu transformador se afinca en la sencillez de los elementos.
Don Julio Primavera materializa con sus inconfundibles notas de sabor la frescura de las sutilezas, la contemplación natural y esa belleza atemporal del momento que se labra mientras es vivido.
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Se trata de un tequila confeccionado bajo la luz de un cuidadoso proceso artesanal que consigue condensar el sabor de los atardeceres de primavera.
Desde su nacimiento en 1942 en Atotonilco El Alto, México, este espíritu y amor por la excelencia y los sabores únicos guiaron a Don Julio González para crear tequilas superiores.
Sus productos fueron desde el origen poseedores de una complejidad altamente distinguida dentro del mercado de bebidas y destilados premium. ¿El secreto? Una mente en constante evolución. Un equilibrio en donde vanguardia e innovación caminan como iguales, a golpe de sencillez y accesibilidad.
Así se mantiene vivo el fuego de un legado esencial que sabe, se distingue y consigue ponderar su prestigio como maestro indiscutible de los tequilas supremos.
“Todo tiene una razón de ser. Cuando Don Julio González inicia su compañía hace más de 80 años, consigue producir el primer tequila de lujo en el mundo y nace a raíz de una innovación que él implementó en un reposado. Don Julio Primavera es un homenaje a la gente y es un guiño a esa primera innovación accidental” dice Karina Sánchez, Embajadora Global de Tequila Don Julio en entrevista con Robb Report.
Don Julio Primavera
De esta manera, Don Julio Primavera —el cual comparte el nombre de la primera gran destilería de la casa— es continuación de la legendaria cualidad de innovador permanente del fundador.
Es un tequila radiante, refrescante y sorpresivamente sedoso y sofisticado, poseedor de una expresión suave y deliciosa. Sigue rigurosas técnicas de selección, cultivo, procesos y envasados para conseguir un tequila de orden mundial.
Don Julio Primavera aprovecha la pasión en el detalle para procurar un desarrollo innovador y arrojado, y así dar vida a un reposado fuera de serie. Su diferenciador lo encontramos en sus últimos tres meses en barrica.
“De entrada, nuestro proceso base es el mismo de todo el portafolio. Lo que sucede con Primavera es que viene de un reposado de dos meses en barricas de bourbon y pasa a reposar tres meses más en barricas de vino de naranja. Un vino que ha sido fortificado con alcohol previamente reposado con naranjas maceradas”, nos cuenta Karina Sánchez.
Así es como Don Julio Primavera logra su sabor a naranja, de sensación ligera y densa a tandas equitativas.
Se disfruta mejor con hielo, una rodaja de naranja o ingeniosas mezclas que hacen un match de oro cuando se comparte con amigos y se recibe al atardecer.
Esta barrica europea sumamente codiciada, no sólo le otorga a Don Julio Primavera su distintivo principal, también tiene un impacto en las notas sensoriales del producto.
“La nota del agave cocido que es distintiva de Don Julio está garantizada y adicionalmente tiene notas de miel silvestre, cáscara de naranja, frutos tropicales, ligeras notas especiadas de la madera, notas aromáticas de vainilla y caramelo. Al paladar se siente como un tequila con un dulzor muy agradable, tiene mucha redondez y los taninos de la madera le dan un final especiado con notas de chocolate amargo y ligeramente dulce”.
Karina describe el sabor catártico de Don Julio Primavera como un resultado del amor al proceso, a la tierra, a lo artesanal, al legado y a la perfección de las cosas. Aunque es un tequila con una clara complejidad, está hecho para conquistar a la mayor parte de los paladares, es accesible y balanceado.
Temporada para compartir
Si bien en primavera los días pueden ser más cortos que en invierno, las puestas de sol se prolongan y dan pauta para que los momentos dorados nunca terminen. Y así como México nos aguarda con los mejores paisajes y días de la temporada, Don Julio Primavera nos lleva por una narrativa cautivadora que revela sus secretos mediante la inmediatez de los sentidos.
Es audaz en nariz, rico al gusto y a la vista tiene un color ámbar con matices cobrizos resultado de la última maduración en las barricas de vino de naranja. Su ligereza cítrica sorprende al instante, pero por si su naturaleza misma no fuera suficiente para la ocasión,
Don Julio Primavera expande su potencial a través de la coctelería más ingeniosa. Tal es el caso de Primavera Sunset, una bebida en donde la medida justa es nuestro tequila (2 onzas), soda (3 onzas), cáscara de naranja y la frescura de un cubo de hielo.
Esta combinación consigue una bebida sencilla y accesible en su gusto y preparación, pero profundamente refrescante y memorable.
Por otra parte, este añejo también se distingue por entablar un match positivo y versátil con la sencillez gastronómica. Gracias a que su frescura, cítrica y generosa, hermana ingeniosamente con el agave cocido, Don Julio Primavera dialoga muy bien con frutos del mar en plan relajado, ya sea para esa comida ligera y ocasional del atardecer (pulpo a las brasas, brochetas de camarón u ostras frescas), o bien durante un momento de tapas simples y botanas como almendras fritas, tomate, aceitunas, focaccias y pizzas ligeras.
Incluso con postres como el tiramisú o chocolate semiamargo. Tequila Don Julio recibe la que para muchos es la mejor temporada del año de forma única y exclusiva. Trae a la mesa un destilado confeccionado bajo la luz de un acucioso proceso artesanal.
Su recipiente se asemeja a la icónica botella de Don Julio 1942, pero con un twist que refleja su frescura. Su cristal es ligeramente más transparente para reflejar el color y matices del líquido y la parte de abajo tiene una forma redondeada que se inspira en las naranjas agrías que le dan su sabor característico.
En primavera todo lo que nos da vida se potencia y se celebra con creces de maneras sencillas: una sonrisa cálida, un día soleado, amistades generosas.
Momentos nuestros, como el dorado que alberga el atardecer. Nuestro, como Don Julio Primavera, un tequila fresco y sorprendente que nos invita a compartir los placeres más simples de la vida.