Un regalo eterno para mamá, firmado por Vacheron Constantin

Hay regalos que se desvanecen con los días y otros que marcan para siempre. Este Día de las Madres, la verdadera joya no es un ramo, ni un perfume; es un símbolo de amor eterno: un latido mecánico que acompaña cada momento en forma de reloj para no solo medir el tiempo, sino convertirlo en herencia. Vacheron Constantin, la Maison relojera más antigua del mundo, celebra su 270.º aniversario con una creación que rinde homenaje a esa eternidad: el Traditionnelle Moon Phase, una pieza de arte que promete acompañarla hoy, mañana y siempre.

Un reloj que trasciende

El Traditionnelle Moon Phase, limitado a 270 ejemplares, es una oda al tiempo y a la belleza. Su caja de oro rosa de 36 mm engastada con diamantes resplandece con la suavidad de

un susurro. La esfera de nácar, adornada con un motivo inspirado en la Cruz de Malta, abraza una complicación de fases lunares que, con asombrosa precisión, acumula tan solo un día de error cada 122 años.

Cada mirada a este guardatiempo será una caricia, un recuerdo de todo lo vivido y de todo lo que queda por vivir. Impulsado por el Calibre 1410 AS/270, este reloj no solo late con precisión astronómica, sino que revela su alma a través de un fondo de caja de zafiro y acabados “côte unique” que cuentan historias de maestría silenciosa.

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Tiempo a la medida

En la era de lo efímero, la personalización se convierte en un acto de amor. Vacheron Constantin ofrece la posibilidad de grabar en el fondo del Traditionnelle Moon Phase un mensaje íntimo: una fecha, un nombre, un latido. Además, su correa de piel de aligátor, cosida a mano, puede adaptarse en tonalidades para reflejar aún más su personalidad única.

Este reloj no será sólo suyo: será parte de su historia. Un testigo silencioso que podrá heredar, cargado de memorias y significados.

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Un legado que late en su muñeca

Regalar el Traditionnelle Moon Phase no es sólo obsequiar un reloj; es sembrar un legado. Es reconocer la inmensidad de su amor, su paciencia infinita, su elegancia atemporal. Es decirle, en lenguaje de Alta Relojería: lo que construiste trasciende el tiempo ¿Este Día de las Madres estás listo para obsequiarle más que un instante y entregarle una eternidad? 

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