Un piloto de la Armada nos cuenta todo sobre el programa Top Gun y el nuevo reloj de IWC

IWC acaba de presentar la pieza más reciente de su colección “Top Gun” que parece haber sido diseñada para el mismísimo “Captain Pete Mitchel”, protagonista de la película con el mismo nombre que es interpretado por Tom Cruise.

Se trata del nuevo Top Gun Chronograph Strike Fighter Tactics Instructor, un cronógrafo de 44 x 15.7 mm, completamente negro con una correa verde militar, que está hecho de una combinación de cerámica y Ceratanium resistente a los arañazos y a la decoloración.

El capitán retirado -y este sí real- Jim DiMatteo, quien perteneció al programa Top Gun de la armada estadounidense, probó y aprobó este guardatiempos y ahora nos comparte su experiencia, los recuerdos de su paso por Top Gun y lo que representa volar en un avión de combate, a la velocidad del sonido.

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El programa Top Gun

Buen amigo de la casa relojera, el capitán Jim DiMatteo cuenta que el sueño de todos los pilotos jóvenes es ir a la academia Navy Fighter Weapons School. “No hay nada que el piloto junior de una escuadra desee más que ser seleccionado para Top Gun”, un programa que no sólo dota de habilidades técnicas y tácticas tremendas, sino que también otorga una gran reputación que supone un enorme impulso para la carrera de cualquier piloto.

El curso, de sólo tres meses, es sumamente exigente y único, puesto que las tácticas y las estrategias no dejan de evolucionar, pero forma pilotos de élite que después regresan a sus escuadrones para enseñarles lo aprendido a los demás.

Enseñanzas de vida

Para el piloto de la armada hay muchas lecciones vitales que extraer de lo aprendido en la Navy Fighter Weapons School hacia la vida real, la primera de todas, desde luego: la búsqueda de la excelencia.

“Trabajar duro, estar preparado, esforzarse por alcanzar la grandeza, reflexionar y mejorar. También existe una cultura de la responsabilidad. Si le dices a tu comandante que te haces cargo de algo, a partir de ese momento eres completamente responsable de esa tarea”. En la aviación naval se fomenta además la colaboración en equipo y paralelamente, la confianza en uno mismo.

Volar a la velocidad del sonido

“Pilotar un avión caza no se parece en nada al resto de experiencias de mi vida”, dice categórico Jim DiMatteo. “Se trata de una experiencia apasionante y estimulante, física y analítica, y también competitiva”, agrega.

Y es que no olvidemos que se trata de pilotar, ni más ni menos, que a la velocidad del sonido, y con el cerebro, por lo menos, una milla adelante del avión.

El capitan en retiro explicó que al realizar giros muy cerrados o maniobras verticales durante los combates entre aviones, los pilotos sufren aceleraciones gravitatorias tremendas.

“La sangre sale de la cabeza y baja hasta las piernas, lo que afecta tanto a la visión como a las capacidades mentales. En el peor de los casos, incluso te puedes desmayar y perder la conciencia”.

Para evitar que suceda, se utilizan maniobras que refrenan esa aceleración y también trajes que la combaten. Ponen en tensión las partes inferiores del cuerpo y del abdomen, evitando que la sangre fluya hacia las piernas. Es decir, demanda una gran condición física, también, no sólo mental.

El tiempo en la cabina de un avión de combate

Jim DiMatteo habló de la importancia que tiene en la aviación el ser preciso y atento al detalle, desde el momento en que comienza el entrenamiento como piloto de la Armada. “En cualquiera de nuestras misiones, siempre intentamos contar con preparación de sobra. Y existe una razón para hacerlo así, si te preparas de sobra, estarás en mejor situación para manejar las situaciones anómalas”.

Esta exigencia hace del tiempo y por tanto de un buen reloj, un verdadero aliado. “No creo que exista nada más crítico en una misión en un caza que el tiempo. Todo está conectado con el cronometraje. Cuando comenzamos un trabajo, lo primero que hacemos es sincronizar nuestros relojes. Todas las tareas, desde el despegue, hasta el encuentro con otros aviones o el tiempo hasta objetivo (TOT) se coordinan con una precisión por debajo del segundo”, revela.

Y agrega que en un caza moderno, ya se cuenta con sistemas de aviónica avanzada y relojes sincronizados por GPS en el panel de instrumentos. Sin embargo, se siguen utilizando los relojes de muñeca para coordinar los movimientos antes de subir al avión, para comprobar la aviónica y asegurarse de que el sistema funciona correctamente y, por último, y no por ello menos importante, para lucir un aspecto impecable. “Todos los pilotos de caza del mundo necesitan un reloj espectacular”.