En 2013 Ulysse Nardin presentaba el primer ejemplar de su colección Jade, una pieza que destacaba por su feminidad pues, efectivamente, era un reloj ideado especialmente para las mujeres quienes al portarlo, notaron que se ajustaba perfectamente a la delicadeza de sus manos, ya que no era necesario tirar de él para ajustarlo gracias a la eliminación de la corona y la aparición de un sistema especial de pulsación.
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Hoy, la firma suiza aun persigue los deseos femeninos y lo demuestra agregando una nueva pieza a su colección Jade bajo el nombre Lionfish, mismo que aún conserva ese movimiento Calíbre UN-310 con componentes de sicilio, que también fue elaborado específicamente para ellas.
Para su fabricación se utilizó la técnica Cloisonné en la que intervienen los artesanos de Donzé Cadrans al esmaltar el dial, el absoulto protagonista de este guardatiempos. Durante el proceso se diseña un bosquejo en el que se utilizan hilos de oro de apenas 0.07 milímetros para delimitar los bordes del boceto y los detalles que dan dimensión a la imagen, estos se colocan manualmente con ayuda de pequeñas tenazas.
Los colores para teñir cada una de las celdas son previamente seleccionados, aplicándose hasta cinco capas de esmalte que son fundidas a 800 o mil 200 grados celisius. Esta proeza es finalizada puliendo la superficie, dando como resultado múltiples niveles de color que proporcionan vida a cada una de las ilustraciones del dial.
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Asimismo, Lionfish tiene otras cualidades que no pueden pasar desapercibidas: su caja ha sido decorada con 56 diamantes y engastada en oro rosa y la esfera fue elaborada a partir de cristal zafiro antireflejante; todo esto hace un magnífico juego con el brazalete satinado en color azul.