Cuando la humanidad se aventura a explorar nuevas fronteras, Rolex entra en el juego. La marca líder de la industria relojera suiza recientemente se asoció con National Geographic y estuvo presente en la inmersión histórica del explorador James Cameron quien, a bordo de del sumergible Deepsea Challenger, alcanzó una profundidad récord de 10 908 metros bajo la superficie del océano Pacífico.
La presentación de la nueva edición del modelo de buceo extremo Rolex Deepsea, demostró la supremacía de Rolex en términos de hermeticidad al soportar una colosal presión submarina sin precedentes de casi 11 kilómetros de profundidad. Su caja Oyster de 44 mm, reforzada mediante la arquitectura patentada Ringlock System, fue diseñada para superar las mayores exigencias de los buceadores profesionales.
Dotado de una esfera D blue con los tonos de las profundidades oceánicas, este guardatiempos evoca mediante un sutil degradado, del azul noche al negro más intenso, la zona submarina de penumbra en la que las últimas partículas de luz de la superficie desaparecen en las obscuridades marítimas. La inscripción DeepSea, como homenaje a la asociación entre Rolex y James Cameron, figura en la esfera del reloj y adopta el color verde del sumergible tal y como se percibe bajo el agua.
Con la referencia del primero se creo también el modelo experimental Rolex Deepsea Challenge, hermético a 12 000 metros, el cual se puso a prueba en condiciones reales, al igual, durante la inmersión de James Cameron, pero en este caso fijado al brazo articulado de su sumergible. En ambos diseños, Rolex establece nuevos estándares en términos de resistencia, precisión, funcionalidad y fiabilidad.
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Por: Sofía Padilla