Los verdaderos amantes de la alta relojería saben que este año es uno de fiesta, simplemente, porque el icónico Royal Oak, de Audemars Piguet, celebra su 50° aniversario. Repasando un poco la historia, fue el 15 de abril de 1972, exactamente, cuando el primer Royal Oak se presentó al mundo.
El diseño de Gérald Genta —ahora leyenda de la industria— causó sensación al presentar una caja de acero inoxidable, acabado a mano, mucho más grande de lo que se acostumbraba en la época. Por si fuera poco, el bisel octogonal presentaba tornillos visibles, algo impensable en esos tiempos, además de lucir un brazalete de acero integrado que daba el toque final a una pieza muy diferente a todo lo que se veía en las muñecas de los hombres.
La pieza estaba inspirada en la revolución cultural e industrial de los 70 y llegaba justo en plena crisis del cuarzo, por lo que se convirtió en el reloj que inauguraba una nueva era en la alta relojería. En otras palabras, el primer gran reloj deportivo elegante había nacido para elevar el nuevo estilo de vida dinámico de la década.
Durante años, el Royal Oak ha conformado una espectacular colección con diferentes tamaños, materiales, estilos y movimientos. A lo largo de medio siglo, la firma de Le Brassus ha presentado más de 500 modelos que lo han elevado al nivel de ícono cultural, dentro y fuera de la industria.
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En abril, como parte de los festejos, la firma presentó el Royal Oak Tourbillon Volante Automático Extraplano (RD#3) en diámetro de 39 mm, una pieza que muestra el impresionante avance técnico en investigación y desarrollo de la manufactura, pues se trata del primer tourbillon volante alojado en una caja extraplana de 39 mm y ahora de 37 mm.
Si bien mantiene los códigos estéticos originales del Royal Oak, estas dos piezas (37 y 39 mm) son sinónimo de vanguardia al resolver el enorme desafío que supone combinar un mecanismo automático y un tourbillon volante en un mismo espacio, sin alterar las proporciones de la icónica caja.
Se tuvo que repensar por completo la jaula del tourbillon de los modelos Audemars Piguet de 41 mm existentes para crear un nuevo movimiento con tourbillon volante automático, el calibre 2968, de apenas 3.4 mm de grosor. Su refinada micromecánica le ha valido a este sorprendente reloj el apodo de RD#3.
La más reciente versión de este reloj de aniversario, de 37 mm, llega en acero inoxidable. Audemars Piguet no sólo pone el nuevo movimiento al alcance de muñecas más delgadas con estas dos versiones sino que rinde homenaje a su propio pasado, lleno de complicaciones relojeras de tamaño reducido.
En el caso del modelo de 37 mm, la legendaria esfera “Petite Tapisserie” se presenta en un tono ciruela —totalmente inédito— que ha sido obtenido mediante un proceso CVD — Chemical Vapor Deposition, o deposición química de vapor— que garantiza la claridad, la homogeneidad y la durabilidad del color en todas las esferas. Como detalle, el logotipo del 50° aniversario y la firma Audemars Piguet están grabados en la masa oscilante de oro rosa de 22 quilates.
Por si fuera poco la jaula del tourbillon volante de titanio, a las 6 horas, destaca sobre el fondo ciruela para crear un atractivo contraste. Una pieza completamente única que seduce hasta al usuario más exigente.