Desde muy pequeño, Pierre Casiraghi –el hijo de Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi- mostró un gran interés por el mundo náutico.
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De hecho, con sólo 22 años, el joven se enroló en el buque insignia del Yacht Club de Mónaco, el Tuiga. Hoy, ocho años después y tras haber navegado en veleros tan clásicos como el VOR70, el MOD70, el IMOCA, el GC32, el TP 52, o el Esimit se ha convertido en el vicepresidente del Tuiga.
Además, cuenta en su haber con primeros lugares en numerosas regatas y premios como la Palermo-Montecarlo en dos ocasiones.
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Una vida en el mar
Su pasión llevó a Pierre Casiraghi a crear su propio equipo de vela en 2016 con la adquisición de un catamarán de nueva generación para participar en la categoría GC32. El velero, bautizado Malizia, es un bonito guiño a la historia familiar de los Grimaldi.
“Mi compañero Boris Herrmann y yo queríamos comenzar directamente con un reto importante a pesar de que ninguno de los dos habíamos experimentado este tipo de barco. Partimos de la idea de adquirir uno de esos nuevos catamaranes ‹voladores›. Era una apuesta realmente arriesgada”, explicó el nieto del ya fallecido Rainiero de Mónaco.
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En su primera regata en el lago de Garda logró ganar varias mangas por delante de Franck Cammas, Nathan Outteridge o Ian Ashby, grandes nombres de la vela, y todos ellos participantes de la America’s Cup. Ahora, su gran objetivo es participar acompañado de su fiel amigo Boris en la Transat Jacques Vabre de 2019 a bordo de su monocasco.
Por todo eso, la familia de Richard Mille lo ha elegido para que represente la marca. Ya que es una oportunidad para poner a prueba el reloj RM 60-01 Regatta y comprobar su adaptación al mundo marino. Un lugar muy hostil debido a la corrosión que el agua salada produce en los materiales.