Todos conocemos la escena: una mujer ataviada en un largo vestido negro desciende de un taxi de Nueva York frente a la joyería Tiffany’s & Co. De su cuello delgado, pende un brillante collar de perlas con broche de oro blanco.
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Así, la también protagonista de Roman Holiday, fue dueña de un porte exquisito, mismo que la llevó a ser la última privilegiada -después de la activista Mary Whitehouse- en llevar el famoso diamante amarillo Tiffany extraído de África.
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Dicha joya de 128 quitales fue diseñada por el francés Jean Schlumberger para la promoción de la película Breakfast at Tiffany’s y actualmente se exhibe en el escaparate de la Quinta Avenida de la firma estadounidense.
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Pero esa no fue la única ocasión en que Hepburn deslumbró al público. En el musical My Fair Lady, la compañía productora Warner Bros. realizó una línea de joyería especial con motivo de la película. Y es que, en el papel de Eliza Doolittle, la actriz lució maravillosos accesorios de cristal estilo eduardiano.
Asimismo, no podemos olvidar la preferencia de la actriz belga por los pendientes Kenneth Jay Lane, ejemplo de ello fueron las perlas colgantes con incrustaciones de cristal, mismas que fueron llamadas Audrey Earrings en su honor.
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Por otro lado, Cartier hizo su aparición en How to Steal a Million, cinta en la que la protagonista aparece portando el emblemático guardatiempos Tank, cuyo diseño se popularizó entre las estrellas de la época dorada de Hollywood.