Como cada año, el mundo de la Alta Relojería se vestirá de manteles largos para llevar a cabo la primer reunión de la industria relojera durante la temporada. Del 16 al 20 de enero, la edición número 27 del Salón Internacional de la Haute Horlogerie (SIHH) recibirá en Ginebra nuevas tendencias, modelos innovadores, así como expertos y aficionados de las manufacturas más renombradas.
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Justo a tiempo para la celebración, Jaeger-LeCoultre ha presentado el miembro más nuevo de su colección Geophysics: el Geophysic Tourbillon UTC, un guardatiempos que resguarda un temporizador mundial y el tourbillón volante Gyrolab patentado por la firma. Esta es la primera vez que ambas complicaciones conviven en una misma pieza.
Sentir la corazonada del reloj en la muñeca es sinónimo de tecnicidad, a la vez que observar la artesanía de la esfera y la caja, exclaman una sola cosa: Jaeger LeCoultre es la verdadera expresión de ‘Swiss Made’. Con un minucioso cuidado de cada elemento en su diseño, este pionero tiene un dial azul con guilloché y lacado, que exhibe un detallado mapa del mundo.
El movimiento automático calibre Jaeger-LeCoultre 948, el rotor bobinado de oro rosa sólido de 22 quilates, la reserva de marcha de 48 horas y los 375 componentes, entre los que se encuentran 42 joyas, están resguardados por una caja de platino con diámetro de 43.5mm.
La complicación más extraordinaria, el Gyrolab, característica de la serie a la que pertenece el reloj, se distingue de forma notoria gracias a su forma en ‘H’ redondeada que ofrece mayor eficiencia, aún mayor que la de una rueda de balance circular, convencional.
Una manera excepcional de empezar el 2017 para la industria relojera y connosieurs, solamente serán 100 los ejemplares del Geophysic Tourbillon UTC en el mundo.
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