Cuando se trata de enunciar las cualidades que hacen especial a un reloj podríamos comenzar con el diseño, que va desde aquellos que rinden homenaje al pasado, los más futuristas, los extravagantes, los lujosos y aquellos, como es el caso de este Cosmopolis, que logran tal rareza que solo se podrían describir como algo fuera de este mundo.
Incluso antes de que la propia Tierra existiera los meteoritos ya viajaban a lo largo de miles de millones de kilómetros por la grandeza del espacio exterior.
Algunos de ellos encontraron un hogar en la Tierra y hemos basado la evolución de las especies a partir del choque de algunos de ellos.
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Estas rocas se componen de materiales tan únicos que su precio es mayor al de los metales más preciados de nuestro planeta y solo basta pensar en que si pudieran contar una historia hablarían del lugar que hemos deseado explorar desde el origen de las civilizaciones.
El reloj de los récords
Presentado el Ginebra, Suiza, Cosmopolis de Louis Moinet ahora forma parte del Guinness World Records al tener ‘la mayor cantidad de inserciones de meteorito en un reloj’, hazaña que eleva a un nuevo nivel de rareza al relojero, separándolo de la relojería tradicional.
El diseño, el récord, la integración de dicho material habla de la creatividad de Jean-Marie Schaller, así como de todos quienes forman parte del desarrollo de las piezas de Louis Moinet.
Cosmopolis, un puente entre el cosmos y la relojería
Fungiendo como un puente entre el mundo de la relojería y el espacio, Cosmopolis muestra las horas sutilmente entre los meteoritos, permitiendo que el simple hecho de ver la hora nos lleve a explorar los confines del universo.
Cada fragmento ha sido colocado de manera que se aprecia una constelación y en el centro se ubicó una piedra aún más rara y cautivadora: un meteorito lunar.
Una condrita negra se encuentra en la parte posterior de la jaula del tourbillon y sirve como un recordatorio de lo poderosas que son las fuerzas cósmicas que han forjado el universo.
Cada fragmento agregado fue pensado para contar una historia, pero aún no estamos cerca de enlistar todas las piedras.
Otros diez se han aplicado en una esfera cepillada de color gris y cada una de las gemas es testigo de los orígenes del sistema solar, contando con millones de años de antigüedad.
Cosmopolis viene con un tourbillon descentrado en la subesfera a las 6 en punto y su movimiento es de cuerda manual y cuenta con dos muelles cilíndricos que le dan una reserva de marcha de 96 horas.
Toda la pieza se encuentra en una caja de oro rosa 5N de 18 quilates y 40 mm; la cúpula es de cristal de zafiro y tiene asas caladas.
Cosmopolis es un recordatorio de lo que hay afuera de nuestro planeta, algo mucho más grande que nosotros y con millones de años de antigüedad, una fusión de espacio-tiempo que ahora toma forma en el mundo de la relojería como una obra de arte de impresionante rareza y excepcionalidad.