Louis Moinet reescribió la historia de la relojería cuando, en 1816, inventó el cronógrafo de alta precisión, una complicación que sentó las bases de las manufacturas actuales. Este hombre, que revolucionó la industria, probó que medir el tiempo con la mayor exactitud posible, fue y es un atributo técnico que permite aprovechar el paso de los segundos puntualmente.
La manufactura que lleva su nombre -y, por supuesto, el Sr. Moinet-, se hizo acreedora recientemente de un lugar en el libro Guinness de los récords, publicación que le otorgó el reconocimiento como ‘marca creadora del primer cronógrafo’. Dicho puesto comprueba, no sólo la invención que aportó la relojera al mundo; sino la necesidad de la gente por recordar los inicios de una de las complicaciones más agradecidas de todos los tiempos.
Para obtener el galardón, la firma tuvo que recopilar mucha información (desde el inicio de sus tiempos) que fungió como evidencia, como diagramas técnicos, datos técnicos, testimonios de expertos, fotos, videos, e incluso piezas.
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Además, como parte de la celebración del bicentenario de esta invención, reconocida como la complicación más perfecta, la casa Louis Moinet presentó Memoris Red Eclipse, tercer reloj de la línea, una pieza cuyo mecanismo posee un cronógrafo monopulsador con un movimiento automático acabado a mano.