El mantra de IWC Schaffhausen es crear relojes con complicaciones funcionales, ingeniosas y fáciles de usar. Y el nuevo Reloj de Aviador Timezoner Edición Le Petit Prince cumple esa promesa, además de que su diseño combina los rasgos que han hecho famosos a los relojes pilot de la marca con los detalles propios de sus piezas dedicadas a El Principito, el libro de Antoine de Saint-Exupéry.
La función patentada Timezoner es ideal para los viajeros que necesitan consultar de manera rápida la hora en distintas zonas del mundo.
El elemento clave es el bisel rotatorio bidireccional con el nombre de las ciudades que representan los 24 husos horarios, entre ellas la Ciudad de México.
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Sólo hay que presionar el bisel y girarlo hasta que el huso deseado se alinee con el triángulo de las 12. Con ello se mueve la aguja central de las horas, pero también la fecha —de ser necesario— y la indicación de 24 horas que se asoma en una ventanilla debajo del triángulo y sirve para saber si en el lugar seleccionado es de día o de noche.
Por lo general, los relojes con esta complicación, llamada horas del mundo, se ajustan con la corona o con pulsadores, así que esta solución de IWC resulta más sencilla.
El reloj de aviador, edición especial de El Principito
La firma comenzó a fabricar relojes de aviador en 1936 y hoy representan una de sus colecciones más exitosas. Estos modelos se caracterizan por el triángulo antes mencionado, los números arábigos y la corona de gran tamaño en forma cónica.
En esta edición especial de El Principito, la caja es de acero inoxidable mide 46 mm de diámetro. Su movimiento es el calibre 82760 de carga automática y 60 horas de reserva de marcha, es hermético hasta 60 metros y la correa está hecha de piel de becerro café con pespuntes beige.
El color azul oscuro del bisel de cerámica y de la esfera es el sello distintivo de las ediciones de El Principito; además, en el rotor del mecanismo hay un medallón de oro con la figura del personaje.
Tiempo de ayudar y despegar
IWC mantiene desde 2008 una estrecha relación con la Fondation Antoine de Saint-Exupéry, a la que apoya en sus proyectos sociales dirigidos a niños y jóvenes en circunstancias adversas.
Esta edición limitada de El Principito está limitada a 1,500 ejemplares, pero, sin duda, anuncia otro año en el que IWC volará muy alto.