El Jardín Kalahari de Chopard es una colección única

El descubrimiento hace apenas un año de la Reina de Kalahari en una mina de Karowe, Botswana, una increíble piedra de 342 quilates de absoluta pureza, dio como resultado 23 diamantes, conocidos como el Jardín Kalahari. De los cuales, cinco de ellos pesan más de 20 quilates.

“Inmediatamente sentí que estaba delante de una joya increíblemente rara y con una belleza y pureza excepcionales”, recuerda Caroline Scheufele, copresidenta de Chopard, sobre la primera vez que tuvo ante sus ojos a la Reina de Kalahari.

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Nacida de la roca volcánica Kimberlita y formada a altas temperaturas durante siglos, esta pieza única es una rara avis debido a su pureza y color perfecto.  “La energía y la carga emocional que emana esta joya es incomparable”, añade Scheufele quien supervisó cada etapa del desarrollo de la piedra hasta que ésta fue convertida en 23 diamantes que al igual que su diamante originario poseen el mismo color y pureza.

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La experta en Alta Joyería quiso experimentar todas las posibilidades de cortes de diamantes por lo que hay en cojín, brillante, corazón, esmeralda y pera. De esta manera, se representa también el arte de la Maison Chopard ya que desde la piedra áspera hasta el modelo de joyería ya terminado, esta transformación fue posible gracias a técnicas virtuosas que posee tanto la firma como Scheufele.

La pieza central de la colección El Jardín Kalahari es un collar que funge como testimonio del ingenio y el espíritu lúdico que ha gobernado siempre en Chopard. Esta pieza se interpreta en cuatro variaciones, la primera es una una preciosa y exquisita gargantilla que se puede usar sola o bien añadirle una flor en el centro para darle un toque más sofisticado.

Esta misma flor sirve también para unir tres majestuosos colgantes que están adornados con los tres diamantes en formas de gemas más grandes, el brillante de corte de 50 quilates, el de 26 quilates en forma de corazón y el de pera de 25 quilates Cada uno de ellos pueden usarse solos o en conjunto que culminan en un collar irrepetible.

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A su vez, los diamantes en forma de corazón y de pera pueden ser también usados como aretes. Logrando así una elegante combinación que coincide con el collar. A su vez, los aretes pueden ser usados sin los diamantes en una versión más discreta. La colección se completa con con una pulsera de puño adornada con dos diamantes de corte esmeralda y dos anillos. De los cuales, uno porta el diamante de 20 quilates de corte cojín.

chopard.com