El Imperial Egg de Fabergè se reúne con su autómata original

En 1885 el zar Alejandro III pidió a Carl Fabergè la creación de un huevo de pascua muy especial. Dicho huevo estaba hecho de cáscara de platino y dentro contenía uno más pequeño completamente de oro. Al abrir este último, se encontraba una gallina y, sobre su cabeza, una réplica de la Corona Imperial Rusa.

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A forma de tradición el Zar regalaba a su esposa una de las creaciones de Fabergé anualmente y, después, su hijo hizo lo mismo con su esposa. Uno de esos huevos que le siguieron al original, el Imperial Egg, contenía en su interior un elefante autómata; sin embargo, tras eventos desafortunados, en 1935, el elefante fue comprado por separado.

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Ahora, casi un siglo más tarde, serán reunidos una vez más, debido a que, después de que se descubriera que este pequeño elefante era la ‘sorpresa’ perdida del Imperial Egg, tuvo el permiso de la reina Elizabeth II para ir a Texas, donde se encuentra el huevo, en la Galería de Ciencias Naturales de Houston.

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Ambas piezas serán puestas en la exhibición ‘Fabergé: Royal Gifts featuring the Trellis Egg Surprise’ junto con 600 objetos más pertenecientes a la marca que se encuentran ahí desde hace unos años. Lamentablemente el permiso de la Reina tiene vigencia de un año, por lo que el elefante deberá regresar a Inglaterra, pero no cabe duda que el poder ver estas dos piezas después de tantos años por fin juntas será maravilloso.

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