Cartier presentó durante el Salón Internacional de Alta Relojería, que se llevó a cabo la semana pasada en Ginebra, un obra de originalidad y lujo; una pieza que jamás se había visto, un pendiente que también puede ser llamada reloj.
El nombre de esta pieza es Tourbillon Mystérieux Azuré, está compuesto por zafiros, onyx, filas de diamantes y cuerpo de oro blanco de 18 quilates. El corazón del pendiente es transparente y alberga un Doble Tourbillon calibre 9463 MC.
Esta obra requirió alrededor de 2 mil 500 horas de trabajo y cuenta con un adorno extra, debajo del medallón cuelga un hermoso zafiro ovalado de 25.93 quilates, que se puede retirar si así se desea. Un verdadero homenaje a la herencia de la firma francesa en una sola pieza.
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(Cartier.com)