Un paso importante para la historia de los relojes contemporáneos fue la fundación de Richard Mille, cuyos diseños modernos y fascinantes crean guardatiempos complejos con una relación holística que une el exterior e interior de las piezas. Mecanismos que ofrecen una arquitectura desafiante, aspecto crucial en la ejecución que define y alcanza la perfección.
El primer reloj en llevar el nombre Richard Mille, el RM 001 Tourbillón, fue lanzado en el nuevo milenio. Hace varios meses, la firma presentó una de sus piezas más especiales: el RM 51-02 Tourbillon Diamond Twister.
Un tourbillón con espiral de diamantes que simulan un remolino de 14 rayos, cuyo diseño rinde homenaje a los torbellinos de la Vía Láctea. Cada rayo está perfectamente ajustado con diamantes y zafiros negros alrededor de la caja de oro blanco de 18 quilates, cuyas medidas son 47.95 mm x 39.70 mm x 12.60 mm. El bisel y placa trasera están ajustados alrededor de la caja media para prevenir daños a los zafiros. La esfera de oro blanco de 18 quilates posee 270 diamantes, cristal de zafiro antirreflejante y manecillas luminiscentes de horas y minutos.
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Tiene un calibre RM 51-02, cuerda manual, reserva de marcha de 48 horas y un indicador de reserva colocado entre las 10 y 11 en punto. La placa de la base está hecha de onyx negro y la corona de diamantes cuenta con un sistema que evita la sobretensión. La pieza está completamente pulida a mano y la correa de piel finamente tratada.
Un guardatiempos que rompe los esquemas de lo convencional, el RM 51-02 Tourbillon Diamond Twister está limitado a 30 piezas y cuesta $975,000 dólares.