Originalmente extraído de Sudáfrica, el diamante de 100 quilates, considerado el más “perfecto” en el mundo, fue subastado en abril de este año por Sotheby´s.
Descubierto en las minas de DeBeers, la piedra preciosa fue cortada, pulida y perfeccionada durante más de 12 meses, hasta convertirse en el diamante de corte clásico de esmeralda más puro en la actualidad, motivo por el cuál lo llaman “perfecto”.
El color es blanco impecable, está libre de imperfecciones internas y es tan transparente que se puede ver completamente a través de él.
La casa de subastas afirma que solamente cinco diamantes de calidad excepcional y de más de 100 quilates han sido vendidos en subastas. Y, aunque el más caro alcanzó una puja final de 30.6 millones en Hong Kong -hace dos años-, el diamante “perfecto” fue subastado por 22.1 millones de dólares en una puja que solo duró tres minutos.
Antes de ser vendido, fue exhibido en Dubai, Doha, Nueva York, Londres, Hong Kong y Los Ángeles.