A un siglo de distancia de haber sido lanzado, el icónico reloj Tank Must parece estar llamado a hacer nuevamente historia con Cartier, pues se presentó en el marco del Watches and Wonders virtual como su primer modelo alimentado por energía solar.
Hablamos de la reinterpretación de un clásico que, de alguna forma, podría decirse que rescató a la Maison francesa en uno de sus momentos más críticos.
Un poco de historia
El Tank fue probablemente el miembro más destacado de la familia Les Must de Cartier que surgiera a mediados de los setenta como un proyecto de la marca para ampliar su clientela mediante una línea de productos con precios más accesible.
Nació como una versión más contemporánea del clásico Louis Cartier, hace ya un siglo y revolucionó por completo el concepto de elegancia relojera con la geometría semirectangular de su caja y sus números romanos en la esfera. Estableció la imagen definitiva de esta icónica colección y se erigió como el reloj unisex por excelencia.
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Alabado por personalidades de la talla del escritor Truman Capote, quien no se conformó con tener uno, sino que tenía, por lo menos siete, o el maestro del pop art, Andy Warhol, quien, en una entrevista, dijo que no lo quería para leer la hora, sino que lo usaba porque era el reloj que, simplemente, había que llevar en aquel tiempo.
El primer Tank Must solar de Cartier
Fiel a su estrategia de los últimos años, Cartier eligió a este icónico modelo para hacerlo parte de su programa de novedades.
Pero la casa parisina no se conformó con darle un toque de frescura a su aspecto, prácticamente invariable, sino que lo transformó en una pieza que mira al futuro mediante la aplicación de algunas innovaciones que lo convierten en un reloj más sustentable.
La Manufactura aplicó el principio fotovoltaico a la esfera del reloj sin alterar su estética. Una verdadera proeza técnica que se basa en la perforación, imperceptible, de sus emblemáticos números romanos, a través de los cuales pasa ahora la luz hasta llegar a unas células fotovoltaicas ocultas.
El equipo de desarrollo de Cartier tardó dos años en integrar este movimiento SolarBeat, con una vida útil media de 16 años, en el Tank Must, el primer reloj en beneficiarse de esta tecnología.
Una correa más sustentable
Otra de las innovaciones sustentables aplicadas al Tank Must de Cartier se encuentra en la correa, fabricada sin materiales animales, utilizando desechos de manzanas, lo que da como resultado un alto nivel de calidad y comodidad.
“El procedimiento de producción representa un paso adelante en la preservación del medio ambiente al reducir nuestra huella de carbono, ahorrando agua y energía en comparación con la fabricación de una correa de piel de becerro. Además, apostamos por un enfoque europeo local”, informa la marca en su página de Internet.
“Los relojes Must son parte del legado y la leyenda de la Maison (…). Gracias a su estilo reconocible al instante (…), pero también a su excelente artesanía, que Cartier aplica en todas sus creaciones hasta el más mínimo detalle ”, dijo Pierre Rainero, director de imagen, estilo y patrimonio de la casa parisina.