La Casa Breguet celebró la reapertura de su tienda insignia de Nueva York, que se trasladó al interior del fastuoso hotel Saint Regis, a la altura del 699 de la famosísima Quinta Avenida.
Una operación que resulta lógica al recordar la profunda relación que desde siempre ha tenido la firma con la Gran Manzana, capital del mundo que le da proyección, pero, también, uno de sus principales mercados y centro de operaciones.
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El hecho fue celebrado ante al menos un centenar de distinguidos invitados quienes no sólo tuvieron el privilegio de descubrir antes que nadie este renovado espacio, sino que también presenciaron una demostración del arte guilloché en las esferas de reloj que fue llevada a cabo por parte de un relojero experto.
Asimismo, el renovado espacio arquitectónico estuvo engalanado por la presentación de algunas piezas verdaderamente excepcionales y emblemáticas, por ejemplo, la réplica del “turnip” de Winston Churchill, creado para la película “Darkest Hour“, que fuera protagonizada por Gary Oldman en el papel del estadista británico.
Igualmente brilló en aquella superficie de 240 metros cuadrados que ofrece a sus visitantes un atmósfera cargada de historia, artesanía y lujo, el reloj de bolsillo de 1817, uno de los treinta y cinco tourbillones originales fabricados por A.-L. Breguet en vida.
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Con un diseño armónico basado en maderas y cristales, este nuevo espacio, sin duda alguna, está a la altura de la herencia que representa esta prestigiosa manufactura relojera fundada por Abraham Louis Breguet en París en 1775. Pionera en el uso de tecnologías mecánicas aplicadas a la fabricación de relojes e inventora del mecanismo tourbillon replicado ahora en todo el mundo, al igual que se hace con otras técnicas y términos establecidos por la casa, como la rosca guilloché o las manecillas Breguet.