Solemos escuchar y ver varias presentaciones realizadas por expertos relojeros en las que brillan vehículos y piezas relacionadas con el mundo de la velocidad. Sí, todo ello se debe a la estrecha relación que, por más de 100 años, han mantenido ambas industrias.
¿Cuántas veces hemos visto nacer guardatiempos cuya principal inspiración es un superdeportivo o el motor del mismo? Este año, la manufactura Bell & Ross exhibe su más reciente proyección: un coche deportivo conceptual ultra-tech de 43 pulgadas con exterior de fibra de carbono. Y, aunque no podrás ser dueño de dicho auto, sí tendrás la oportunidad de comprar uno de los relojes ensamblados con el mismo prototipo como inspiración.
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Diseñados por el prodigioso Bruno Belamich, cada pieza combina perfectamente con el concepto del AeroGT. A pesar de que este automóvil en específico no existe en el mercado, el director creativo ha puesto especial atención en incluir cada aspecto posible del diseño piloto en el BR03-92 esqueletado y el cronógrafo BR03-94. Tras consultar un panel de expertos en proyección automotriz e ingenieros, incorporó la aerodinámica, los espejos retrovisores y el alerón longitudinal de un jet.
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Sin importar si este AeroGT es fabricado algún día o no, los relojes que llevan sus trazos son extraordinarias obras de arte que prueban, una vez más, que el mundo de la velocidad y la astucia para guardar el tiempo son la mezcla perfecta.
La manufactura, sin duda, es una de nuestras favoritas, pues su atrevidas piezas imaginadas para satisfacer las necesidades de las profesiones más arriesgadas, como desarmadores de bombas y militares, decoran las muñecas de quienes las portan, para contar historias de valentía.