
La diseñadora brasileña de joyería Silvia Furmanovich posee un increíble talento para incorporar materiales naturales -inspiración primera- en sus obras. Ya sea coral negro engastado con diamantes, conchas de mar revueltas con turmalinas, o pétalos de flores cristalizados y convertidos en aretes, el arte de sus creaciones integra la mejor mano de obra nativa de cada lugar que la inspira.
Esta vez, su nueva colección sustentable basada en marquetería llama la atención pues es el resultado de diversos encuentros entre ella y los menestrales de la selva amazónica. Dentro las piezas se encuentran anillos, brazaletes y aretes coloridos con patrones geométricos. Cada modelo está hecho con madera originaria del lugar, tallado en pedazos de ramas y corteza caída. El proceso comienza con el trazo de las joyas por parte de la diseñadora; más tarde, los artesanos nativos les dan vida a mano con la técnica marquetera -arte no tan común en la joyería-. Los tonos del material varían a partir de la especie o tiempo de reposo que lleva en el suelo o bajo el agua.
El talento de los creadores es tal, que pueden dibujar pequeños elementos de flora o fauna sobre minúsculos pedazos de madera. Por su parte, Furmanovich monta las proyecciones en oro con diamantes pavè, mientras los suspende de gemas como amatistas, ópalos, citrinos, topacios y piedras de la luna.
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Unos de los modelos más significativos en la línea, son los aretes de oro -18 quilates- trompe l’oeil, con brillantes esmeraldas y madera verde (1), así como los pendientes ovalados colgados de amatistas cuasi rectangulares rodeadas de piedras preciosas (2).

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Cada colección de Silvia Furmanovich se distingue por evocar un momento particular en su vida; no siguen reglas ni conceptos. Todas las creaciones son fragmentos de historias contadas con pasión e inspiración.