Conocida por el tourbillon de tres puentes en oro, producido inicialmente en el siglo XIX, una de las relojeras más antiguas en operación, Girard-Perregaux festejará su 225 aniversario este año. Junto a esta celebración, la manufactura actualizó su colección Laureato, nacida en 1975, con el nuevo Girard-Perregaux Laureato 2016. La última modificación que había sufrido un modelo de la línea, fue en 2013 cuando el Laureato Evo 3 presentó una caja más grande -44mm- y un brazalete modernizado.
Aunque la relojera ha evolucionado con la creación de guardatiempos mucho más modernos y deportivos, ha vuelto a sus raíces con el Laureato 2016, cuya modesta caja satinada -41mm x 10mm- recuerda la elegancia y clasicismo típicos de Perregaux. Igual que la primer pieza, nacida ha 41 años, posee un bisel octagonal pulido, esfera azul o blanca con patrón Clous de Paris que, a partir del ángulo en que la luz golpe la pieza, cambia de tonos. Bajo iluminación directa, la variante azul se ve brillante, mientras que en la sombra se vuelve casi negra. En cuanto al dial blanco, luce casi plateado con luz y cremoso, sin ella. Esta es una habilidad técnica fascinante, pues convierte cada pieza en una diferente.
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Las manecillas inspiradas en el modelo del 75 aseguran una legibilidad inmediata. El logo GP está colocado en el mismo lugar que solía hacerlo, mientras reemplaza la batuta a las 12 en punto. En cuanto al anillo interno que marca los minutos, se encuentra poco más arriba y presenta un color diferente que el del dial. A las tres está colocada la ventana de fecha.
Se ajusta a la muñeca con un brazalete “H” que combina espejo pulido y cepillado satén. La hebilla mariposa permite ajustarlo sin preocupación de que se abra.
La caja resguarda un movimiento automático calibre GP03300-0030 con 27 rubíes, frecuencia de 28,800 bph y reserva de marcha de 46 horas.