Estas joyas de Dior, inspiradas en Versalles, la harán sentirse como una reina

Las leyendas y la exagerada extravagancia del Palacio de Versalles han inspirado a la Casa de Dior desde que su fundador presentó su primera colección de alta costura en 1947.

Igualmente, Victoire de Castellane, directora creativa de joyería fina de la Maison, ha regresado a este barroco lugar en sus colecciones de joyas una y otra vez.

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En 2016, celebró los opulentos interiores del palacio y la espléndida maravilla de sus gemas iluminadas sólo por candelabros a la luz de las velas durante la noche. El año pasado, recreó sus magníficos jardines llenos de flores en suntuosas mezclas de gemas multicolores.

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Collares de Vanite Rubellite y Emera. Foto: Dior.

Y ahora, en su tercera y última entrega, Dior à Versailles, Pièces Secrètes, se centra en los muchos secretos del palacio, sus románticas intrigas reales y pasajes ocultos, creando obras de arte en miniatura que demuestran el impresionante savoir faire de Dior.

Una rubellita de 9.62 quilates excepcional es la estrella de un colgante que tiene el esplendor rococó de algo que podría ser usado por la amante favorita de un rey.

El color dramático y profundo de la gema contrasta con el blanco brillante de los diamantes que lo rodean.

Basta echar un vistazo debajo de su superficie para notar la aparición fantasmal del pasado legendario de Versalles, una delicada calavera realizada en espinelas grises y diamantes.

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Los anillos esconden secretos, también. Recordando los cajones clandestinos que ocultan letras de amor ilícitas, una rara espinela azul protege el secreto de los diamantes y las hojas de acanto delicadamente curvadas que se encuentran debajo.

El efecto contemporáneo del ajuste inverso de la espinela contrasta con la extravagancia barroca de las intrincadas capas de grabado del anillo y el uso alternado de oro amarillo y rosa.

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Esta combinación de lo viejo y lo nuevo es algo que Victoire siempre imaginativa hace tan bien. Su paleta silenciada de piedras de colores realza el efecto anticuado.

“Quería piedras de claroscuro, rosados ​​desteñidos, rojos más purpúreos, piedras de luna iridiscentes, azules celestes más densos. Los colores en sí tienen una misteriosa calidad, como las sedas “, dice.

La parte posterior del colgante de rubelita guarda un secreto más: un espejo creado a partir de la plata oxidada de una antigua minaudière que data del siglo XIX. ¿Y quién no ama una joya con una sorpresa sólo para ellos?

 

Información previamente publicada por Rachel Garrahan en Robb Report