Bovet toca el cielo con el Celestial Récital 22 “Grand Récital”

Bovet nos lleva al cielo con la presentación del cinco veces patentado Récital 22 Grand Récital tourbillon, que representa el tercer capítulo en la narrativa relojera celestial iniciado por los artesanos de Pascal Raffy y Maison Bovet hace dos años. 

En esta pieza, Bovet presenta un gran teatro astronómico en Tellerium-Orrery, con el sol representado por el tourbillon volante, cuyo puente de carruaje evoca rayos ardientes. La sorprendente tierra hemisférica gira sobre su propio eje y muestra las horas en un ciclo natural de 24 horas.

Finalmente, una luna esférica orbita la tierra de acuerdo con la duración exacta de su período sinódico, es decir, 29.53 días.

Hermoso incluso en la oscuridad

En el Récital 22, la tierra está representada por un hemisferio, cuya superficie está adornada con un mapa grabado y pintado a mano, sobre el cual los océanos, las montañas, los desiertos y los bosques se ejecutan con minucioso detalle.

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Los artesanos de Bovet incorporaron la luminiscencia en la pintura en miniatura, incluidas las nubes delicadas, de modo que admirar esta pieza de alta relojería es un deleite incluso en la oscuridad. La Tierra realiza naturalmente una rotación en sentido contrario a las manecillas del reloj cada 24 horas.

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La profundidad del arte presente en los hemisferios del Gran Recital es motivo suficiente para considerar cada uno de los 60 relojes en esta edición limitada como una pieza única. Sin embargo, el propietario de Bovet, Pascal Raffy, quería ofrecer aún más a los coleccionistas, ellos pueden elegir la orientación de su mapa mundial.

Esta personalización también permite determinar dónde está actualmente la noche en el mundo gracias a la coloración en blanco y negro del anillo que rodea la tierra.

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Récital, sólo para pocos afortunados

La caja está disponible en oro rojo o platino. Como es habitual en Bovet, el Récital 22 Grand Récital se presentará como una edición limitada, restringida a la cantidad de movimientos producidos. Por lo tanto, cualquiera que sea la forma final del reloj, solo sesenta afortunados serán los dueños del Grand Récital de Bovet.