A la altura del número 5 de la avenida Marceau, en la ciudad de la moda, París, un edificio de estilo imperial del siglo XIX acaba de recibir la encomienda de perpetuar la obra de uno los diseñadores franceses más afamados.
Es el primero de los dos museos dedicados a Yves Saint Laurent (el otro estará en Marrakesh) que se ha hecho realidad a principios de este mes, poco tiempo después del fallecimiento de su creador: Pierre Bergé, cofundador de la Maison y pareja sentimental, por décadas, del homenajeado.
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“En 2002, cuando Yves Saint Laurent se retiró, decidí convertir los recuerdos en proyectos”, dijo alguna vez el visionario Pierre Bergé, quien desde entonces gestaba este proyecto, que no pudo ver realizado.
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Hasta entonces, la Fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent se había encargado de resguardar el archivo de la casa de moda y montar diversas exhibiciones en distintos recintos, con el objetivo de mostrar y difundir la obra del icónico diseñador.
Alrededor de 5,000 prendas, 15,000 accesorios y miles de bocetos y dibujos realizados, entre otras cosas, forman este rico patrimonio.
Fotografías y pinturas del diseñador, como la realizada por el representante del pop art, Andy Warhol, se combinan con bocetos y dibujos de este artista de la moda, entre algunas de sus piezas más icónicas.
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Hay diseños que confrontan lo masculino con lo femenino, como el traje Le Smoking (Otoño 1966) y la chamarra Saharienne (Primavera 1968), junto a clásicos como así como el vestido Mondrian (1966).
No se dejan de lado sus primeras dos colecciones, sus peculiares chaquetas y sus piezas con influencias más exóticas.
Toda la evolución y huella de su obra se encuentra resumida en esta casa, su casa, que se ha convertido en museo, su museo, un pretexto más para seguir considerando a París la ciudad de la moda, por excelencia.