Repasando todos los destinos de playa que amamos en el país es imposible no poner a Cancún entre los primeros lugares, sin embargo, habrá quien opte por otras alternativas al buscar un lugar menos concurrido. Para aquéllos que quieren la belleza natural del Caribe sin despedirse de la tranquilidad, está una nueva joya que brilla entre las playas de arena blanca y es el Waldorf Astoria Cancún.
Situado a unos 30 minutos del aeropuerto, Waldorf Astoria Cancún es un hotel de lujo alejado del bullicio de los sitios turísticos y rodeado de la belleza exuberante de la naturaleza, las aguas con suave oleaje y la fina arena, además de milenaria la cultura maya.
Éste, que es el primer Waldorf Astoria del Caribe mexicano y el segundo del país, ofrece 173 habitaciones con vistas panorámicas al océano que, como es costumbre, siempre cautiva con sus bellas puestas de sol que se enmarcan por un hotel elegante, lujoso y lleno de naturaleza.
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Waldorf Astoria Cancún enamorando desde la puerta
Con el que parece ser el sello característico del hotel, Waldorf Astoria Cancún te recibe con puertas y techos altos, así como espacios llenos de luz y tonalidades cálidas, decoración y detalles refinados, todo diseñado por Hirsch Bedner Associates.
Al entrar, lo primero que salta a la vista es el reloj Waldorf Astoria, que rinde homenaje tanto al mismo reloj en Nueva York como a la cultura maya con algunos detalles prehispánicos.
Una vez que llegas a la habitación lo que no pasa desapercibido es su tamaño, con una sala y escritorio, aparte una habitación perfecta para descansar, dos baños con lavamanos y regadera, uno de ellos con salida al balcón que durante el día se inunda de luz natural y por supuesto, un balcón ideal para ver el horizonte, sin olvidar un pequeño jacuzzi tallado en piedra en un pequeño espacio cubierto de madera para que te relajes en total privacidad.
En tonos blancos y cálidos, las habitaciones están llenas de luz durante el día y un detalle que nos encantó es que por la noche no entra ni un rayo de luz y tampoco se escucha un solo ruido, lo que permite un descanso de lujo.
Lo detalles no pueden pasar desapercibidos, incluyendo materiales como el coral, enormes losas de mármol y madera natural.
El amor entra por el estómago
Para los foodies de corazón como nosotros, las opciones del hotel son tan variadas que dan oportunidad a que cada día de tu estadía pruebes platillos y propuestas diferentes.
Malpeque, por ejemplo, es ese restaurante con sabor a parrilla que desde que entras ya te está llamando el aroma a carbón y fuego. El chef Stuart Roger, que por cierto es francés, logra darle un sabor único y a las brasas a productos del mar.
JA’O recupera mucha de la comida tradicional de una cantina mexicana, además de integrar platillos propios de la región. Por otro lado, Chaya es ideal para el desayuno con un menú super completo con opciones balanceadas y deliciosas.
Otras opciones son Peacock Alley Lounge, que es una adaptación del mismo espacio en Nueva York, y el siempre necesario Pool Bar para cuando no quieres moverte de la piscina.
Como dato extra, el hotel ofrece la opción de tomar una cooking demo en grupos de máximo 6 a 8 personas para preparar algunos platillos acompañados de la chef.
Renovación y relajación en Waldorf Astoria Cancún
Pero probablemente lo que se ganó nuestro corazón fue el spa, empezando por la decoración y los espacios que replican el resto del hotel con tonos cálidos, mucha luz y materiales naturales.
Desde los lookers y cambiadores todo está perfectamente pensado. Comenzamos con una sesión de vapor para luego pasar al área termal al aire libre con piscina y jacuzzi rodeados de mucha naturaleza.
Una vez que ya pasaste por estos primeros pasos es turno de un pequeño ritual con un chamán en donde te limpian. Después toca el turno de la mejor parte que es el masaje que incluye un menú de opciones para tus necesidades, muchas de ellas con enfoque espiritual y ancestral basado en las tradiciones mayas.
La más reciente joya de Cancún promete regresarte a tu hogar perfectamente descansado, relajado y con el estómago y el alma contentos.