Situado en un antiguo monasterio dominico, el Mandarin Oriental de Praga hizo un gran re diseño de sus áreas comunes. Con esta remodelación vino la apertura del restaurante-bar Spices. Desde la cocina, con platillos del Chef Jiří Štift, hasta la arquitectura que estuvo a cargo del despacho de diseño británico Black Sheep, este hot spot presenta una oferta sumamente innovadora.
La cocina está inspirada en los viajes que realizó el chef, de los que creó platillos como noodles con curry de tamarindo y tartas de pulpo a la parrilla con mango, platillo que preparan en el momento y frente a los comensales. También cuentan con un sommelier capaz de recomendar a los comensales desde el mejor té hasta el cóctel asiático más exótico.
La arquitectura es una combinación del estilo de los conventos dominicos del siglo XVII con toques orientales contemporáneos, rodeados de palacios y jardines en la zona de Malá Strana.
El Spices Bar es perfecto para comer durante el día y quedarse ahí hasta la noche, bebiendo martinis o una copa de la selección de vinos checos que ofrecen.
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