Scape, la app de masajes que debes probar sí o sí

Ya no hay excusas de que no tienes tiempo para nada. Consentirte de vez en cuando es una necesidad y Scape hará que relajarte con un masaje sea más fácil porque no tendrás que ir a ningún sitio sino que acudirán a tu casa a la hora y el día que desees.

Solicitarlos es muy sencillo, sólo tienes que descargar la app de Scape que se encuentra tanto en iOS como en Android y decidir qué tipo de masaje deseas.

La oferta es muy amplia y además de contar con distintos tipos entre los que destacan el masaje sueco, el de tejido profundo, el deportivo o el prenatal, también hay opciones de pareja o de regalo para sorprender a esa persona que tanto necesita un descanso.

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El tiempo de duración del masaje tú también lo eliges y éste puede ir de 60 minutos a 120. Además, todos los masajes se realizan con aceites creados los expertos de Natura Bissé, la firma española que lleva 40 años en el mercado y es famosa por las calidades de sus productos.

De hecho, estos aceites ofrecen cuatro distintas experiencias para la piel y el organismo: desestresante, detox, fitness y energizarte.

Experiencia propia

En Robb Report México tuvimos oportunidad de disfrutar la experiencia y nos gustó tanto que ya estamos deseando repetir. Todo fue tan sencillo que no nos lo podíamos creer. Descargamos la app, hicimos la cita especificando el día, el horario y el tipo de masaje.

Con el paso de los días me olvidé por completo de la cita así que cuando llegaron las masajistas me puse nerviosa porque pensé que no había preparado nada, pero lo cierto es que ellas llegaron con todo el equipo y cual hadas madrinas convirtieron la habitación de mi hijo en un templo de la relajación ya que ellas traían la camilla, las cobijas, los aceites y hasta la música.

Una vez preparada para recibir el masaje me preguntaron qué tipo de presión deseaba (leve, mediana o fuerte) y si quería que se detuvieran en alguna parte específica de mi cuerpo para así trabajar más el masaje en ella. Yo me decidí por las cervicales por aquello de que ahí se acumula todo el estrés.

Cerré los ojos, respiré un aceite que olía a menta y a limón tres veces y empezó la relajación que duraría no sólo 60 minutos, sino todo el día.

Una vez que terminó la sesión, las expertas masajistas empacaron en cinco minutos y se despidieron con una sonrisa hasta la próxima.

Yo me quedé trabando como si el masaje hubiera sido un sueño porque no tuve que ir a ningún sitio para consentirme de verdad, pero lo cierto es que cualquier ápice de estrés había desaparecido y tenía toda la energía para seguir con mi día.