La semana pasada, un afortunado grupo de sibaritas tuvo la oportunidad de presenciar una dupla muy poco común en la cocina. Roger Federer, además de ser uno de los tenistas más reconocidos es embajador global de Moët & Chandon. La marca de champaña lo invitó a cocinar con el chef mexicano Enrique Olvera, la mente maestra detrás de restaurantes como Cosme (NY) y Pujol (CDMX).
La velada comenzó en la terraza del World of McIntosh Townhouse en SoHo, con una copa de Moët & Chandon Rosé y aperitivos preparados por Olvera: Bocol de caviar y pulpo pibil. Después, tanto los invitados como los anfitriones se reunieron para una clase de cocina, impartida por el mismo Enrique Olvera quien además de ser auxiliado por su equipo, recibió ayuda de Roger Federer para preparar un aguachile de caracoles.
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Posteriormente sirvieron el platillo principal: esquites con chile de árbol, maridados con Moët & Chandon Gran Vintage Rosé 2008 y Moët & Chandon Rosé Vintage Grand Collection 1998. Para cerrar con broche de oro la gran noche llegó a la mesa un pastel de zucchini de chocolate con nata hecha con infusiones de menta acompañado por Moët Néctar Impérial Rosé.