Puede que no tenga ni la extensión, ni el número de cuartos ni la fama de otros grandes resorts de esquí en Norteamérica, pero eso es parte del encanto que hace de Mont Tremblant, en Canadá, el destino a visitar en esta temporada, porque en una relación directamente proporcional, en este lugar todo resulta más cercano, más cálido y más personalizado, es decir, que cumple con la máxima del buen gusto que nos dice que menos es más.
Amante de los destinos de nieve y apasionado del esquí como soy, he de confesar que no había escuchado hablar de este resort, ubicado apenas a 90 minutos de distancia de Montreal a donde llegan vuelos directos de la Ciudad de México.
Y ahora que he tenido la oportunidad de visitarlo, debo decir que es uno de esos secretos que no se deben guardar, porque tiene todo lo que se espera de un destino nevado, pero mucho más a la mano y con un aire relajado que te lleva a disfrutar.
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Qué hacer en Mont Tremblant
Sí, el esquí en Mont Tremblant es de clase mundial, con 102 pistas y 14 remontes que recorren la montaña y lo convierten en un paraíso para los amantes de la nieve. Pero más allá de eso ofrece una amplia diversidad de actividades para quienes buscan algo diferente.
Yo empecé, por ejemplo, con un emocionante recorrido en un trineo halado por perros. La adrenalina de deslizarse a través del bosque, mientras un equipo de huskies corre a toda velocidad fue algo inolvidable, aunque polémico seguramente para los animalistas, a pesar del notable buen trato que reciben estos peludos.
Si ese es tu caso, entonces quizá sea mejor opción para ti el snowshoeing, también conocido como caminata con raquetas de nieve, una actividad que ha ganado popularidad por ser sencilla, divertida y ofrecer una serie de vistas espectaculares. Fue simplemente de película el perderse entre un bosque pintado de blanco a las horas en que la luna empieza a reclamarle espacio al sol para después recuperar energías con un buen fondue en un cálido chalet suizo.
Además de estas opciones siempre está la posibilidad de patinar sobre hielo en el lago Moore o agregar una dosis de adrenalina con un recorrido en motonieve que atraviesa los senderos nevados de los Laurentides.
Y hasta en el momento de la relajación, Mont Tremblant no decepciona, pues cuenta con Le Scandinave Spa, un verdadero oasis en medio del bosque, con sus baños termales al aire libre rodeados de nieve.
Para comer habrá fácilmente una veintena de restaurantes que valen la pena, con opciones que van desde una crepería hasta cocina internacional mucho más elaborada. Y si de fiesta hablamos, hay un par de muy buenos lugares con gran ambiente, donde parece que todos los esquiadores cierran de forma divertida un día de mucha actividad. En plan más familiar también se cuenta con un centro acuático, simuladores virtuales, gotcha y más.
En fin que Mont Tremblant tiene todo para convertirse en el resort de esquí de moda en Canadá. Su ambiente de aldea europea, la combinación perfecta entre aventura y relajación, y una gastronomía que va más allá de lo esperado, lo hacen un destino que merece estar en el radar de cualquier viajero invernal.
¿El secreto mejor guardado? Puede ser. Pero por cómo se siente este lugar, no lo será por mucho tiempo.