Ubicado en la ciudad de Puebla, el Museo Internacional del Barroco (MIB) es un lugar que mezcla historia con modernidad, ya que dentro de sus imponentes muros alberga objetos de diferentes partes del mundo con una característica en común: el arte barroco.
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Aquí te contamos los motivos RRMX para que lo visites:
Su diseño
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Con poco más de un año, el MIB ya es un ‘must’ para visitar si te acercas a Puebla.
El museo fue diseñado por el premiado arquitecto de origen japonés, Tooyo Ito, quien es considerado como una figura innovadora e influyente dentro de la arquitectura moderna. Entre sus reconocimientos cuenta con el premio Pritzker -el galardón más importante de la arquitectura a nivel mundial-.
El inmueble tiene un diseño futurista que mezcla formas curvilíneas en toda su estructura con muros colocados de forma monolítica y detalles propios de su diseñador que dan ese toque moderno al lugar.
Cocina deliciosa
El restaurante del MIB tiene a la cabeza al chef Alan Sánchez.
El interior del museo aloja uno de los mejores restaurantes de la Ciudad de Puebla. El Restaurante Barroco mezcla la comida tradicional con las nuevas tendencias gastronómicas del mundo, haciendo que el comensal viva una experiencia única entre lo barroco y lo moderno.
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Ecofriendly
El equipo del restaurante junto a varios biólogos supervisan de manera diaria el huerto.
La ecología y el cuidado del medio ambiente es también un aspecto importante dentro del Museo Internacional Barroco ya que cuenta con áreas verdes que resguardan plantas endémicas de la región, además de tener un huerto de vegetales y especias tratadas previamente por biólogos y expertos para su cuidado y desarrollo óptimo con la finalidad de que sean consumidos por los comensales del restaurante.
Escalera al cielo
La impresionante escalera es uno de los secretos del museo.
Algo que sin duda tienes que ver dentro del MIB son sus escaleras sin soporte que estíticamente las vuelve algo atractivo en el interior del museo. Su estructura extraña con forma curvilínea y sus escalones amplios las vuelve un paso obligado para el visitante.