Monastero Arx Vivendi es un antiguo monasterio renacido en un lujoso hotel

Cerca de la orilla del lago de Garda en Arco, Italia, un impresionante monasterio que data del siglo XVII se erige detrás de un muro de 7 metros de altura. Una parte aún conserva algo de su historia siendo el hogar de monjas, pero el restante ha sido convertido por el estudio arquitectónico noa* en Monastero Arx Vivendi, un lujoso hotel.

Durante más de dos años, el estudio trabajó de la mano de la oficina regional de patrimonio cultural para que todas las técnicas usadas durante la concepción del hotel no profanarán el legado del sitio, así que los materiales y la forma de restauración van en concordancia con el lugar.

No se hicieron cambios formales en la fachada, pero si se modificaron las ventanas y la mayoría de las puertas exteriores, aun así, se escogió una paleta de colores que replicara la original.

El objetivo era crear algo que no ‘dañara el alma del monasterio existente’ pues este tenía que continuar siendo el protagonista absoluto del espacio. El hotel conserva el encanto de la arquitectura antigua y el ambiente tranquilo y meditativo.

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Los huéspedes del Monastero Arx Vivendi son recibidos en una recepción marcada por techos con bóvedas de crucería originales. Al pasar al segundo piso, junto con un loft adornado con un tragaluz y vigas de madera se encuentran las 40 habitaciones en tonos grises, cada una unida por antiguas celdas monásticas.

‘El proyecto de diseño se guió por nuestro total respeto por la arquitectura existente. El diseño se adaptó a los austeros espacios monásticos con soluciones a medida, sin comprometer la comodidad, la funcionalidad y la estética contemporánea’, explica el diseñador de interiores de noa*, Niccolò Panzani.

En el jardín, el spa recientemente abierto es una combinación de vidrio, metal y pilares revestidos de piedra de Vicenza de colores que combinan con la estructura del resto del hotel. La zona de bienestar incluye por primera vez un área de relajación con tumbonas, una zona de tratamiento y un segundo espacio de relajación frente al ‘biolago’, una piscina natural con tintes azul oscuro, también hay una sauna y un tipo particular de hammam.

Monastero Arx Vivendi ofrece a los huéspedes un desayuno buffet para disfrutar por la mañana y un bar interno abierto hasta la noche, eso sí, no hay restaurante, pero este es un pretexto excelente para explorar la zona rica en tradiciones gastronómicas y platos típicos.