Igual que pasa con Cancún en México, Cartagena se ha convertido en el referente de Colombia en el extranjero, sin embargo, no es el único destino que vale la pena visitar y si lo que se busca es playa, entonces por qué no hablar, por ejemplo, de Santa Marta, ni más ni menos que la ciudad más antigua de esta nación sudamericana.
La montaña costera más alta del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; la última morada del libertador de América, Simón Bolívar; un exuberante paisaje verde, digno de una Reserva de la Biosfera; encantadoras playas, una rica cultura ancestral y una exquisita oferta gastronómica es apenas algo de todo lo que te aguarda en esta paradisiaca tierra que tuvimos oportunidad de descubrir desde su mejor hotel: Santa Marta Marriott Resort Playa Dormida.
Santa Marta Marriott Resort Playa Dormida
Lo primero que habría que destacar de este hotel de ensueño, es la afortunada coincidencia de su ubicación en la llamada Playa Dormida, a escasos 10 minutos del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, en una bahía recientemente urbanizada donde un nuevo grupo de conjuntos residenciales ha reclamado un lugar, en primera fila, para ver el espectáculo del atardecer.
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Si bien es un hotel de lujo, Santa Marta Marriott Resort Playa Dormida, no es un para nada un lugar ostentoso, sobrado de excentricidades, muy por el contrario es un complejo donde se aprovecha muy bien el espacio, dando una sensación de amplitud y sobriedad desde cualquier rincón en que te encuentres, lo que te invita a mantenerte atento al entorno como protagonista de la experiencia.
Incluso su diseño interior está plagado de materiales y motivos que te permiten una conexión directa con la cultura, la tradición y el paisaje del destino playero colombiano.
Oro, piedra, madera y tejidos tradicionales, son elementos predominantes que imprimen calidez a este hotel que, además, se ha propuesto fungir como una especie de vitrina para el trabajo de los artesanos locales, de las comunidades indígenas, el cual se puede ver tanto en el mobiliario como en las diferentes piezas que allí se venden, desde pequeños bolsos hasta mochilas y mucho más.
Incluso, en ciertos días, el hotel ofrece un acercamiento directo y degustaciones con productores regionales, por ejemplo, de café. Y con un poco de suerte, puedes llevarte también la protección de un guía espiritual, lo que conocemos en México como un chamán.
La propuesta gastronómica
¿Que más se puede percibir de Colombia en este hotel? Por supuesto, la música. No podía quedar fuera la alegría de la cumbia y el vallenato, dos ritmos que para los nativos hacen parte de su infancia, su cultura y su identidad. Grupos de músicos y bailarines amenizan algunas noches al pie de la playa.
Y si se trata de descubrir la esencia de Santa Marta, pues nada como sus sabores, muy dignamente reinterpretados por el chef ejecutivo Alirio Rodríguez, en los restaurantes 1525 y Cayeye.
El primero alude, con el nombre, al año en que se fundó Santa Marta. Es un restaurante de comida internacional para toda ocasión, donde se sirve un maravilloso buffet de desayuno hasta las 11:00 horas; almuerzo a la carta de 12:00 a 14:30, y cena a partir de las 18:30 horas, además del famoso Brunch dominical.
Aquí se celebra el encuentro del mar con la sobria frescura de la sierra, sonidos y colores alegres con la sencillez de un lujo tradicional. Sus diferentes ambientes dan ese punto único a sus comensales creando experiencias memorables con todo el confort y la increíble vista al mar.
Cayeye, por su parte, rinde tributo al plato típico del departamento de Magdalena al que pertenece este destino. Es un lugar exótico que junta el mar, la brisa, la naturaleza y la gastronomía típica de Santa Marta, inspirado en los asentamientos comerciales que los pueblos pescadores construyeron durante el auge del turismo.
Allí se exponen los sabores típicos de la región, en un ambiente de descanso y relajación, que contagia la alegría y donde se siente la esencia costeña descomplicada, a pie de playa.
Y para cerrar, por lo que hace a la gastronomía líquida, hay un bar junto al lobby. Un sitio tranquilo donde reunirse y socializar con cócteles artesanales tan frescos como interesantes que ocupan ingredientes locales. ¿Qué tal un coctel con lulo, maracuya o corozo? No importa si no has escuchado nada sobre estas frutas, te garantizamos que te gustará.
El spa y otras amenidades
Para impregnarse un poco de Santa Marta en la piel, está el SEISHUA spa, el lugar sagrado al que acuden los Mamos (Hermanos Mayores) para entrar en contacto con la energía de la naturaleza que yace bajo la tierra y donde llegan al punto de desconexión y relajación de cuerpo y espíritu.
Su logo representa el pequeño oasis ubicado en lo alto de la sierra donde acuden para hablar con la madre de todas cosas. El lugar perfecto donde los huéspedes pueden renovarse, eliminar toda carga negativa y revitalizarse.
Ahora bien, para conectar con el entorno, la playa, sin ser privada se encuentra lo suficientemente aislada para brindar un muy buen rato de bronceado, contemplación y descanso, con una vista impresionante; mientras que la alberca al aire libre le pone ese toque más dinámico y divertido que toda vacación necesita.
Y así podríamos hablar del gimnasio o las espaciosas y confortables habitaciones donde la cama quiere retenerte, pero el balcón te invita a asomar y disfrutar del paisaje. O bien destacar el servicio, esmerado y amable, del personal. Pero la verdad que si algo quiero resaltar de este hotel, es la posibilidad que te brinda de descubrir un destino inquietante, distinto, auténtico.
Los atractivos de Santa Marta
Santa Marta es una ciudad de contrastes que está haciendo mucho por atraer cada vez más turismo, sobre todo extranjero. Es quizá como Acapulco en México. Una playa con gran tradición entre los locales, pero no muy buena acreditación hacia afuera.
Que tan merecido o no se lo tenga, no puedo valorarlo con una visita. Solo puedo decir que Santa Marta cautiva con su autencidad y su esencia colombiana. Que te arropa con la calidez de su gente y que sí te logra entretener con sus variados atractivos.
Y es que muy cerca del hotel se puede visitar, por ejemplo, el nuevo malecón del destino, que se ha convertido rápidamente en el punto de encuentro de los locales, donde se tiene desde una cita romántica, hasta una reunión con amigos o una sesión de fotos previas a la boda o los XV años.
O que tal recorrer y conocer la historia de la Quinta de San Pedro Alejandrino, monumento nacional histórico y última morada del libertador de América, Simón Bolívar.
Para los que gustan de algo más natural está Mamancana, una reserva natural de 600 hectáreas, que se encuentra ubicada en los pies de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde se ha instalado una especie de club con alberca, cocina y un mirador para disfrutar de inolvidables atardeceres.
Y ni cómo perderse un paseo en bote hacia las playas del Parque Natural Tayrona, donde podrás nadar en aguas cristalinas y caminar sobre la arena blanca de la que es considerada una de las bahías más hermosas de América.
Por si todo esto fuera poco, muy cerca también se encuentran otros destinos interesantes como la ciudad de Barranquilla, conocida como La Puerta de oro de Colombia o Aracataca, la tierra que vio nacer al Premio Nobel de Literatura: Gabriel García Márquez.
A todos estos atractivos se sumó desde el 2019 Santa Marta Marriott Resort Playa Dormida como el centro de operaciones ideal desde el cual partir a descubrir la historia y magia que guarda la ciudad más antigua de Colombia.