El turismo espacial gana popularidad día con día gracias a los intentos de compañías aeroespaciales por llevar a cabo viajes turísticos fuera del planeta. Mientras tanto, la Space Exploration Technologies Corporation (SpaceX)  realizó un logro de gran dificultad técnica al aterrizar, de manera vertical, un cohete “reciclable” en Cabo Cañaveral.

SpaceX envió un Falcon 9 al cosmos para poner 11 satélites de comunicación en órbita. El vehículo regresó a la Tierra y ejecutó un aterrizaje controlado sin problema alguno en tierra firme. Un momento revolucionario, pues nadie ha logrado traer intacto a la tierra un lanzador de tipo orbital.

Dicho triunfo, coloca a la empresa norteamericana a la cabeza en la carrera de los cohetes reutilizables. Los Falcon 9 llevaron a cabo dos intentos anteriores de descender en el agua; sin embargo, tomaron demasiada velocidad y se destruyeron antes de alcanzar la plataforma flotante situada en el Atlántico.

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La compañía volverá a lanzar una nave, el 17 de enero, desde la base Vandenberg Air Force en California. De acuerdo con la NASA, el cohete llevará a Jason-3, una misión internacional dirigida por la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), que esperan poder lanzar exitosamente desde una plataforma acuática.

La finalidad de las operaciones de las nuevas empresas espaciales estadounidenses es lograr crear naves reutilizables para facilitar el acceso al espacio con posibles futuros viajes a Marte.

Un Falcon 9 cuesta $16 millones de dólares y el combustible que utiliza $200,000 dólares.