Zona Maco. Salón del Anticuario.

El origen de esta arqueta colonial con asas y patas (15x22x14 cm) se remonta a los gremios de plateros expertos a principios del siglo XVII provenientes de Lima y Cuzco, ciudades en las que se concentraba una cantidad importante de centros de producción controlada por los españoles. Con la promesa de enseñar a los indígenas a trabajar y dominar la técnica europea, los españoles forjaron sus riquezas gracias al valor de la plata y al trabajo de los artesanos. Así, en poco tiempo el gremio de plateros expertos aumentó considerablemente y las riquezas comenzaron a distribuirse entre más familias, resultando incluso en la construcción (costeada por ellos mismos) de una capilla para sostener el culto a San Eloy, su protector ecuménico.

Esta pieza labrada y cincelada procedente del alto Perú destaca por su fina elaboración en los detalles florales en los costados, así por los elementos animales que le otorgan carácter. Históricamente, orfebres, maestros cinceladores de joyas, de vajillas, y de piezas consagradas al culto religioso, crearon piezas como esta arqueta con el fin de adornar el hogar de las familias más privilegiadas, o como pieza decorativa en los templos.

Por: Anaid Osuna Peimbert

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