Existe cierta perfección irresistible en las piezas de cristal, no es sólo su estética que evoca a la dualidad entre fragilidad y opulencia, es su realización, el ‘saber hacer’ de sus fabricantes y, sobre todo, la fina línea entre un ornamento y una obra de arte.
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En Robb Report México tenemos debilidad por los objetos bellos, es por eso que hicimos un recuentro de nuestras firmas de cristalería favoritas que seguramente a ti también te fascinarán.
Baccarat
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El juego de ajedrez Harcourt del estudio Nendo del artista Oki Sato, se inspiró en las copas lanzadas por Baccarat en 1841. Foto: Estudio Nendo.
Mencionar a Baccarat es referirnos a los artesanos del cristal por excelencia. Sus orígenes se remontan en la realeza cuando en 1764 el rey Luis XV ordenó la creación de un taller de vidriería en la ciudad que lleva el mismo nombre de la marca. Sus fabricaciones detalladas y artesanales permitieron que personalidades como Napoleón III, Carlos V y el presidente Franklin Roosevelt fueran clientes asiduos.
Dentro de su etapa contemporánea, una de nuestras creaciones favoritas de esta casa es el proyecto llevado a cabo de la mano del diseñador canadiense Oki Sato en la que fusionó sus tradicionales -y más antiguas- copas estilo Harcourt en un juego de ajedrez del cual se crearon solamente 50 ejemplares en los que se invirtieron hasta 200 horas de trabajo.
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Swarovski
Colección de pendientes Crystalactite de Martin Margiela para Swarovski
El invento patentado por Daniel Swarovski en 1892 modificó la historia de la cristalería, pues se trataba de un mecanismo para cortar cristales con exactitud y precisión diestra. Además de sus conocidas figuras de cristal, uno de los puntos más fuertes de la Maison austriaca es la joyería, donde incursionó primero con diseñadores como Jeanne Lanvin, Madeline Vionnet y Jean Patou, algunos de los más importantes de los años veinte.
Precisamente de sus colaboraciones en el mundo de la moda surgió una de las más memorables al lado de Martin Margiela bajo el nombre Crystalactite Pendant, piezas inspiradas en la forma de las estalactitas con un diseño futurista; en su realización se emplearon procedimientos de alta tecnología en el que no fue necesario adherir las piezas, ya que el cristal se fundió con resina blanca antes de ser cortado.
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Val Saint Lambert
Jarrón Bamboo y Vase Escaut de Valt Saint Lambert
Dando un salto en el mapa, esta firma de Bélgica hace su aportación en el mundo de la cristalería desde 1826 en dos marcados estilos: Art Nouveau y Art Déco. Sus materiales son de los más brillantes del mundo y proveen de manera oficial los cristales del rey Alberto II de Bélgica.
El amplio prestigio de los artesanos belgas se da a conocer en icónicas piezas como el jarrón Bamboo, realizado a partir de un anillo de de piedras preciosas para coronar la parte superior. Igualmente, un ornamento histórico entre sus colecciones es el Vase Escaut, hecho en 1928 para la coronación del emperador japonés Hiro Hito.
Lalique
El tren de lujo D’ Azur Pullman Express fue decorado con ayuda de cristalería Lalique.
La historia de esta firma comienza en un hombre francés llamado René Lalique, un apasionado de la joyería que al incursionar en los cristales, sentó un precedente en la transformación de estos como obras de arte. Su técnicas fueron reconocidas por las firmas más importantes de su época -desde Cartier hasta Boucheron- y para los años treinta, ya se codeaba en las altas esferas del lujo, diseñando decoración y proyectos arquitectónicos como lo fue el interior el tren Côte d’Azur Pullman Express.
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Cristal de Sèvres
Caballo Ascot de la colección decorativa de Cristal de Sèvres
Los comienzos de esta cristalería francesa tienen el sello de Jeanne-Antoinette Poisson, históricamente conocida como Madame Pompadour. Después de un siglo de su creación, sus productos ya eran reconocidos en Europa gracias a su distintivo estilo y las líneas de infinita elegancia que conservan hasta la actualidad.
Para conocer el trabajo de Cristal de Sèvres es necesario mirar sus espléndidos candelabros colgantes o sus piezas decorativas como el caballo Ascot; sus procesos de realización atraviesan por estrictos análisis de calidad en los se evalúa la resonancia de los cristales los cuales, al palparlos, deben emitir una nota clara y perfecta.