Espacio de antojos: Romero y Azahar

El primer encanto de este lugar es su arquitectura. Es armónica y con una sensación de amplitud que invita a pasar toda la tarde sentado con un plato de comida en la mesa y una cerveza en la mano. Pero lo más importante es su comida. Los platillos que aquí se disfrutan carecen de oropel y vanidad, pero están llenos de sabores que alimentan el antojo más primario de cualquier comensal adicto a la grasa y a las carnes.

Digámoslo como es: en Romero y Azahar es posible disfrutar un plato de tacos de pork belly, tuétano crujiente y papada de cerdo que sentirás te condenan a caer en el infierno por goloso. Luego, si además comes el plato de chicharrón en salsa verde y las albóndigas de cordero, segurito sentirás que estás en la gloria y vale la pena dar un salto al infierno.

El responsable de estas sensaciones es el chef Alfredo Villanueva, quien desde la cocina (que está a la vista de todos los clientes) sonríe al ver la cara de los comen- sales dispuestos a siempre limpiar el plato y pecar una vez más. Por eso, mi única sugerencia (además de comer todos los platos que mencioné) es que antes de ir, sólo desayunes un jugo verde.

De La Industria 300, San Pedro Garza García, Monterrey, Nuevo León.
(818) 335 2090
@romeroyazahar

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http://www.romeroyazahar.com/

Fotos de: Alexandra Farías