Azulejos de tonalidades turquesa, muros blancos, palmeras, sillas de ratán y un salmón a las brasas con cous cous de lentejas, relish de pepino y yogurt: sólo falta el sonido del mar para sentirte en el Mediterráneo. Este viaje culinario en Aitana (aitanarestaurante.com) es posible gracias a dos factores: una atmósfera minuciosamente creada por Cousi Interiorismo, despacho madrileño detrás de la decoración del restaurante Ten Con Ten, y el Mercado de San Ildefonso en Madrid, y por las creaciones del chef Alberto Ituarte, quien mezcla la alta cocina con las delicias del mediterráneo en una oferta novedosa.
El menú de Aitana es una sorpresa para los escépticos; una larga lista de entradas frías, que van desde los ostiones Ensenada con salsa oriental, alga marina y limón real, hasta el salmón ahumado en casa, con puré frío de almendras, piñones tostados, higos y fresas –una verdadera delicia- reciben a los comensales. Por su parte, los primeros tiempos guardan más de una sorpresa; siendo las guayabas rellenas de quesos cremosos con ensalada de espinacas, endivias y manzana verde, y la sandía orgánica a la plancha con queso brie, arúgula, polvo de almendras y salsa de menta, la revelación más inesperada. Ambas preparaciones, exudan dulzor, y resultan en una experiencia única al paladar. De hecho, las guayabas, antes de ingresar a la lista de primeros tiempos, estuvieron a punto de estar entre los postres, pues su sabor es completamente inesperado y dulce.
Aitana es un espacio encantador con detalles que no fueron tomados a la ligera, por lo que no es de sorprenderse que luego de comer aquí, o de hacer negocios, los visitantes decidan quedarse a tomar un trago. Para fortuna de ellos, Aitana ofrece un área de bar donde se sirven deliciosos cocteles como el Nopalito (mezcal, jarabe, nopal asado, sal de gusano, limón y jugo de naranja) y platillos más simples para compartir.