Se sabe que los mayas eran grandes estudiosos del cielo; por eso, a lo largo de la Península de Yucatán aún es posible encontrar diversos observatorios (muchos de ellos ya en ruinas o transformados en otra cosa) en donde se realizaban ceremonias de contemplación de los astros. En el siglo XVI, en una de estas ruinas se empezó a construir una hacienda que terminó de montarse un siglo después, cuando se edificó la casa principal. Así comenzó la historia de Katanchel, que en maya significa “donde se pregunta al arco del cielo”, y que hoy abre sus puertas como un exclusivo hotel eco-luxury rodeado de naturaleza, en donde cada espacio está pensado para que sus huéspedes consigan la mejor relajación.
La recuperación del casco principal la hacienda no fue fácil, pues fue secundaria a un ambicioso proyecto de reforestación de árboles nativos que logró plantar más de 175 mil ejemplares. Su restauración estuvo en manos del arquitecto sevillano, Aníbal González, quien lo transformó en un santuario tan encantador que cautivó la atención de la Operadora Rumbo al Trópico, un grupo hotelero que impulsa el desarrollo de resorts boutique y que actualmente administra la propiedad. Hacienda Katanchel será el primer hotel del grupo en el segmento de Haciendas Históricas.
En cuanto a su oferta, su extensión de casi 300 hectáreas le permiten tener, aparte del casco de la hacienda, cenotes, albercas y jardines frondosos que lo convierten en el escenario ideal para eventos sociales o para una escapada romántica.
Video Recomendado
Cuenta con 15 pabellones restaurados (de una o dos camas), en los que los huéspedes podrán disfrutar del toque colonial de una construcción típica henequera, pero fusionada con amenidades modernas. Cada suite tiene alberca privada con aguas extraídas de manantiales libres de químicos y que dan privacidad absoluta.
Este destino a sólo 20 minutos de Mérida pinta para convertirse en un must para los viajeros. Puedes hacer reservaciones directamente en su página.