Lo mejor de Cuatrociénegas: el oasis del desierto Coahuilense

Todos los detalles de nuestro viaje y cinco experiencias inolvidables que te conectarán con la naturaleza y el origen de la vida.

El principal atractivo turístico de Cuatrociénegas, por ser uno de los lugares donde se originó la vida, es la famosa Poza Azul. Este cuerpo de agua color turquesa a la mitad del desierto esconde en su interior varios estromatolitos, que son los microorganismos más antiguos del planeta responsables de haber formado la atmósfera de la Tierra. Una pieza clave en la historia de nuestro planeta que científicos de la NASA han venido a estudiar para presuntamente replicarlos en Marte y crear otro astro apto para el ser humano.

Poza Azul
Poza Azul

Pero estoy sentada en medio de 800 hectáreas de dunas de yeso viendo el atardecer, rodeada por el desierto y las sierras de Coahuila, con una botella de vino rosado de Casa Madero y un platón de quesos y frutas, y no concibo cómo un destino así no es Top 5 de México. Estar en medio de la nada, a 28 kilómetros del pueblo y a seis de la carretera más cercana, en completo silencio, se siente curiosamente relajante.

Este picnic en las dunas, organizado por Hacienda 1800, el hotel boutique de lujo en el que me estoy hospedando, se alarga hasta la noche. El paisaje es cautivante. No puedo recordar la última vez que vi un cielo tan estrellado y la vía láctea tan nítida. “Y esta no es la mejor época para verla, porque la luna está emitiendo demasiada luz. Debería de regresar dos o tres días antes o después de una luna nueva,” me comentan los guías que se han encargado de montar todo. Apenas estoy conociendo Cuatrociénegas y ya he marcado en el calendario mi retorno. ¡Qué experiencia!

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Cuatrociénegas

El oasis y su bóveda celeste

Ahí no paran las sorpresas. De las dunas me traslado al Río Mezquites para una velada astronómica con cena de cuatro tiempos y maridaje. La chef, que también forma parte del equipo de Hacienda 1800 y es oriunda de Monclova, una ciudad cercana, nos recibe con una torta ahogada y más vino de Casa Madero –orgullo Coahuilense–. A continuación: un taco de pulpo con costra de queso y pico de gallo, un salmón con esquite y un pastel de chocolate con helado de vainilla. Cada platillo más exquisito que el anterior; aunque si de escoger se trata, la torta ahogada se lleva las palmas.

Después de un poco de sobremesa, me siento a la orilla del río con todas las luces apagadas para observar esta noche estrellada de la mano de un astrónomo. Ahora, me toca apreciar de cerca la luna, los planetas y las constelaciones. Paso al telescopio y no puedo creer que esté viendo los anillos de Saturno con tanta claridad. El resto de la noche me quedo mirando al cielo y pensando en un dato de la NASA que he leído antes de venir: la Tierra está a 26,000 años luz del centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia.

Este misterio del universo lo comparte la profundidad del Río Mezquites (también conocido como Río San Marcos o Parque Natural Aruna), que, como la poza azul, cuenta con estromatolitos. Cuando lo visité por la tarde para nadar y hacer kayak, pude observar de cerca estos microorganismos tan especiales, que a simple vista parecen rocas comunes, y conocer un poco más de la historia de Cuatrociénegas. De cuando formaba parte del Mar de Tetis y tras el movimiento de las placas tectónicas subió a la superficie y se crearon ríos subterráneos que hoy siguen alimentando los 560 cuerpos de agua (incluyendo 250 pozas) del destino.

Cuatrociénegas
Río Mezquites

Después de conocerlo y saber su importancia, es increíble pensar que hasta hace un par de años, este río estaba repleto de basura, su agua no era cristalina y la dieta de las tortugas y los peces que habitan ahí consistía de papas fritas que la gente les aventaba. Fue hasta que Hacienda 1800 adquirió el predio que el sitio se transformó por completo y ahora es una parada imperdible.

“Aquí se acostumbraba mucho que la gente llegara con sus cervezas, su carne y su asador, y eso, además de no generar derrama económica para el pueblo, dejaba mucha basura atrás. Nosotros quisimos rescatarlo y ofrecer una opción diferente con toda la responsabilidad que conlleva tener un espacio que forma parte del Área de Protección de Flora y Fauna de Cuatrociénegas. Por ejemplo, cambiamos los empaques de comida para que fueran biodegradables, pusimos botes de reciclaje y baños ecológicos, y restringimos el cupo. Pero nuestra labor más importante es informar sobre los lugares, porque si no sabes lo importante que son, no los valoras y no puedes cuidarlos,” me platica María Fernanda Pérez, Directora de Hacienda 1800 y Presidenta de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de Coahuila.

Un destino renovado

Cuando María Fernanda y su familia llegaron a Cuatrociénegas hace cuatro años tenían en sus manos un motel con obra gris, que habían recibido como pago de una deuda, en un destino con mucho potencial pero sin infraestructura turística. Su visión y amor por el lugar lo transformaron en Hacienda 1800, un hotel boutique de lujo con 36 habitaciones, una villa privada para seis personas, dos albercas y Palmeira, su restaurante con gastronomía típica de la región. Y a su alrededor, toda una infraestructura turística para ofrecer experiencias únicas en las dunas de yeso, el Río Mezquites, el cañón y la mina de mármol. Una inversión que incluso cambió la principal actividad economía del pueblo de la agricultura al turismo.

Sin duda, lo mejor de Cuatrociénegas es su conexión con la naturaleza y el origen de la vida, que se puede apreciar en cada uno de sus atractivos. En la Mina de Mármol, por ejemplo, se tiene una vista espectacular al desierto y a las dunas, y en las placas se puede ver perfectamente el paso del tiempo con algunos fósiles. Y qué decir de la experiencia de hacer senderismo y rápel en el Cañón de Cuatrociénegas, en donde uno pone a correr la adrenalina, se detiene a admirar la flora del destino y reza por que ninguna víbora se haga presente. 

Cuatrociénegas
Mina de Mármol

Pero para cerrar cualquier día con broche de oro, nada mejor que irse al centro histórico para cenar en El 40, una cantina con casi 100 años de historia y con una carta exquisita de comida regional.

Ahora, no queda más que ver la evolución de este “nuevo” destino, del que celosamente uno no quisiera escribir para seguirlo manteniendo en secreto. Que si de turismo responsable y sustentable se trata, siempre es una noticia extraordinaria cuando México suma otra joya más a su lista.

En corto…

Qué visitar: la Poza Azul, el Río Mezquites, la Mina de Mármol, el Cañón, las Dunas de Yeso, el Museo de Venustiano Carranza.

Dónde comer: El 40, una cantina de más de 100 años con gastronomía de la región.

Dónde hospedarse: Hacienda 1800.

Cómo llegar: el aeropuerto más cercano con vuelos comerciales es el de Torreón. De ahí se hacen 2.5 horas en coche a Cuatrociénegas. Hacienda 1800 cuenta con traslados.

Cuándo visitar: todo el año. Pero si quieres ver la Vía Láctea en todo su esplendor, haz tu reserva alrededor de una luna nueva.

Nota escrita por: Margaret Fink.
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