Encontrada por los portugueses en el siglo XVI, la República de Mauricio es la isla más lejana del suroeste del Océano Índico. Escondido entre paisajes tropicales y aguas cristalinas, sobre playas de arena blanca, con vista a la laguna, se encuentra el Four Seasons Mauritius, un santuario del descanso.
El resort es casa de la Mauritius Presidential Suite, que ha sido renovada para mejorar la comodidad de los huéspedes y las amenidades que ofrece. Aunque no es la villa más grande del hotel, es la mejor ubicada con una vista directa a la laguna. Posee tres habitaciones con vistas panorámicas del lugar, además de fácil acceso al spa, comedores y área de deportes acuáticos.
La villa tiene un acceso privado que se conecta con dos habitaciones adyacentes para crear un complejo con capacidad de acomodar a 14 huéspedes. Dentro de la suite, un espacioso recibidor guía a los invitados al área del comedor, para después, pasar a la cocina que cuenta con entrada para personal, quienes pueden preparar platillos personalizados (bajo petición y con cargo extra).
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Las enormes puertas de vidrio abren paso a la parte exterior, donde se encuentra un comedor, área lounge, alberca con zona de relajación y un pabellón. Este último, el mejor lugar para contemplar las vistas de la laguna.
La moderna villa fue decorada por el diseñador local Virgine Dalais, quien dio un estilo particular a cada habitación dentro de la suite. El cuarto principal, con vista al este -que permite disfrutar de los atardeceres con un ángulo perfecto-, está adornado con telas naturales y colores vivos. El baño cuenta con una tina y regadera al aire libre, excelente para quienes quieren disfrutar de la naturaleza mauriciana.
Un paraíso privado, el hotel tiene 135 villas, tres restaurantes que ofrecen comida internacional y spa dedicado a la conexión del “yo” interior de los huéspedes.
Para hacer una reservación visita fourseasons.com